«El pelotazo no nos define, quiero mostrar cómo jugamos en España», dice
20 oct 2022 . Actualizado a las 18:31 h.A 7.665 kilómetros de casa, a unas 90 horas de desplazamiento en coche, un entrenador gallego trata de hacerse un hueco en una de las ligas más potentes de Asia. Es Miguel Álvarez (Ourense, 1982), un trotamundos muy reconocido en el balompié árabe por sus notables conocimientos tácticos. El gallego acaba de hacerse cargo del Surkhon Termiz, de la Primera División de Uzbekistán.
«Conocía previamente a Ángel López [ex técnico del Getafe, entre otros] y en febrero llegué aquí como su segundo. Cuando lo cesaron, en un primer momento lo llevé mal, porque era parte de su equipo, pero me propusieron a mí para ser su sustituto. Estaban contentos conmigo, conocían mi trabajo previo, los jugadores también estaban encantados conmigo... Cogí al equipo en una situación difícil», explica el técnico ourensano.
La lucha por la permanencia
La papeleta era considerable. Solo faltaban ocho jornadas para terminar la liga y estaba a dos partidos de la salvación. Pero hubo victoria en el debut por 2-1. «Estábamos penúltimos, tras siete derrotas seguidas, y ganamos en mi primer partido como entrenador principal. Ya estamos a solo un punto del play off y a tres de la permanencia directa. El 3 de octubre jugamos contra un rival directo. Así que podríamos salir de ahí ya. Algo impensable hace unas semanas. Además, fue la primera vez en la historia que ganábamos al Lokomotiv Tashkent, que es un equipo legendario aquí, con ligas y copas», destaca.
«El primer día lo viví normal. Una vez estás en el campo solo te centras en los jugadores, en dirigirlos, y te olvidas de todo lo de alrededor. Yo ya había sido primer entrenador en las Islas Maldivas y lo viví con naturalidad. Sin presión», añade.
No juegan como local
Su equipo tiene el inconveniente de no poder jugar como local. «El Surkhon Termiz es un club que está casi en la frontera con Afganistán y nosotros estamos viviendo y jugando en la capital, en Taskent, porque están reformando todas las instalaciones. Tanto la ciudad deportiva como el estadio. Para nosotros es un contratiempo, porque al estar de prestado a veces nos cambian de un día para otro el campo de entrenamiento», señala. Donde no hay queja, es en la calidad de vida: «Es buena. Se vive bien. Es como si estuviera en Madrid. La gente es muy maja y hay de todo».
Apuesta por el buen fútbol
Álvarez pretende implantar el clásico juego español de posesión. «He hecho diferentes cambios de sistema. Antes se jugaba más en largo y yo quiero tener el balón. Estoy intentando implantar mi metodología y mejorar las cosas que ya se estaban haciendo bien y minimizar lo que fallábamos, en cuanto a organización. También he tenido que hacer un trabajo psicológico con los futbolistas ya que llevábamos siete partidos seguidos perdiendo. No es fácil levantarles el ánimo», dice.
«Mi intención es lavar un poco la imagen y demostrar que se puede jugar bien al fútbol. El pelotazo no nos define a los entrenadores españoles y quiero demostrarles cómo jugamos en España. Pero claro, hace falta mucho trabajo. Eso no se puede hacer en dos semanas», agrega.
«La liga acabará el próximo 19 de noviembre y luego ya dependerá, como todo», concluye.