La recomendación de ahorrar energía y evitar gastos superfluos también llega a los centros educativos diocesanos

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El obispo, Leonardo Lemos, presidió la ceremonia de apertura del curso en el Seminario Mayor
El obispo, Leonardo Lemos, presidió la ceremonia de apertura del curso en el Seminario Mayor cedida

El obispo abrió el nuevo curso en los seminarios e instituciones educativas recordando la situación de crisis global y animando a trabajar en la acogida de refugiados

27 sep 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Alumnos, docentes y representantes de las instituciones formativas de la Diócesis de Ourense (el Seminario Mayor Divino Maestro; el Seminario Redemptoris Mater; el Seminario Menor Inmaculada; el centro de ciencias religiosas Instituto Teológico San Martín y el Instituto de la Familia) se reunieron este lunes para celebrar de forma conjunta el acto oficial de apertura del nuevo curso escolar. Un acto aprovechado por el obispo de Ourense, Leonardo Lemos para poner los pies en la realidad del mundo actual, citando el conflicto humanitario generado por la guerra en Ucrania, pero también por las derivas políticas y económicas en otros países tanto en el continente americano como en el africano, que están provocando éxodos masivos de personas que en algunos casos recalan en territorio ourensano. «Acoger a todos los que llegan y atenderlos como si fuese Jesús.  Y acoger significa acompañar en sus dolores y preocupaciones. Seamos generosos! Porque vienen con lo puesto y a nosotros no sobra mucho», les dijo el titular de la diócesis a los jóvenes, a los que recordó que ahora más que nunca hay que pensar en lo que se gasta en cosas superfluas, cuestiones del día a día de las que se puede prescindir. «Podemos constituir una bolsa solidaria los niños y jóvenes de vuestra edad que nos sirva para remediar muchos males; sabiendo que con la unión de muchos pocos se puede conseguir la realización de grandes obras. Y no se trata de realizar acciones extraordinarias. ¿Os imagináis cuántas cosas se pueden hacer con el importe de prescindir de un refresco a la semana, o un cajetilla de tabaco, por decir algo concreto?», les preguntó. Les conminó también a «respetar y no tirar los alimentos». «Gastar lo necesario y evitar lo superfluo supondría una gran política educativa», añadió Lemos Montanet que recordó que en esa educación tampoco debe faltar «el cuidado del medio ambiente, la limpieza del entorno, el arreglo de los desperfectos para sentir las cosas de todos como propias. Incluso el mobiliario urbano, no podemos ni destruirlo, ni maltratarlo, ni pintarlo. Así construimos un planeta más fraterno y hermoso», les dijo.

El obispo aprovechó su discurso para diferenciar entre austeridad y cicatería, entre pobreza y miseria. «No podemos vivir una existencia de ricos: luces encendidas de la mañana a la noche; la calefacción al máximo y las ventanas abiertas de par en par. Son ejemplos caseros y cotidianos con los que se pretende realizar una llamada a ser responsables con el medio y con el ahorro de energía en una situación mundial de graves emergencias», remarcó. El titular de la diócesis ourensana conminó a los presentes a mirar más a las necesidades de todos y centrarse menos en las propias para no caer en el aburguesamiento. Lo contrario, les dijo «nos lleva a al egoísmo y a la autorreferencia: solo lo mío es importante». Recordó que todos pueden ayudar y echar una mano; desde los alumnos mayores del Seminario Menor que reciben catequesis y pueden ayudar en sus parroquias colaborando con el sacerdote incluso dando catequesis a niños más pequeños.