Hasta el infinito

María Doallo Freire
María Doallo NO SÉ NADA

OURENSE CIUDAD

24 jun 2022 . Actualizado a las 18:03 h.

Me preocupa infinitamente más el odio que sigue generando guerras, que el amor que surge entre las personas. Porque el amor, se pongan como se pongan, es bueno, valioso y, lo más importante, es muy necesario. Sin amor solo hay amargura y hay que tener cuidado, porque se contagia. El domingo fui a Ponte Vella a ver Lightyear. No lo hice animada por ninguna polémica. Mi saga favorita de la historia de todos los tiempos es Toy Story y esto es así desde que tenía cinco años y vi la primera película. Tengo mucho más de vaquera que de galáctica pero es muy difícil no cogerle cariño a Buzz, así que fui a Galicine emocionada. El caso es que iba informada, por los medios y por las redes, de que en la película había un personaje «abiertamente» homosexual. Esa palabra, «abiertamente», me molestó lo suficiente como para escribir esta columna. Porque implica que en la cabeza de algunos todavía existe la posibilidad de que otros sean y amen en el encierro. Los de la pandemia son los únicos confinamientos que han tenido sentido hasta ahora, lo demás es fruto de una incomprensión más propia del neandertal que del homo sapiens. Alisha Hawthorne, el personaje «abiertamente» homosexual de Lightyear, es, además de lesbiana, una mujer valiente, poderosa, comprensiva y leal. Es una madre de familia entregada, una profesional ambiciosa, una líder empática y una amiga fiel. Y, por lo poquito que se intuye, Alisha es una pareja que ama profundamente a su esposa. Vaya, es un referente estupendo para cualquier niña y niño del mundo real. Así que os propongo ir a verla y con ello revertir el efecto que pretendía la dichosa polémica. En Ourense la tendréis toda otra semana. Y, por el camino, amad... ¡hasta el infinito y más allá!