Ella vende cupones y un poquito de Ourense

María Doallo Freire
María Doallo OURENSE

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Avelina, con su premio, en el puesto que regenta en la plaza Mayor de Ourense
Avelina, con su premio, en el puesto que regenta en la plaza Mayor de Ourense Miguel Villar

La ourensana Avelina Dacosta acaba de recibir el premio a mejor vendedora de la ONCE de Galicia del 2021

07 jun 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Avelina Dacosta tiene 56 años y lleva dieciocho trabajando como vendedora de la ONCE en un puesto en la plaza Mayor de Ourense. Una labor que desarrolla con simpatía y con muchísima cercanía hacia sus clientes. Su esfuerzo y su carácter afable la han llevado a obtener el reconocimiento como mejor vendedora de la ONCE del año 2021. Recibió el galardón este fin de semana junto a otros veintiún vendedores premiados de toda España. La gala se celebró en Madrid, donde Avelina y su hermana Rosa disfrutaron de unos días llenos de actividades con las que descubrir la capital. «Estoy muy feliz, porque sé que en Ourense y en Galicia tengo compañeros que son muy buenos también», afirma. La mayor sorpresa para Avelina fue un vídeo que grabaron sus familiares y amigos y que pusieron en el momento en que recibió el premio. «Yo me pongo muy nerviosa con estas cosas y la verdad es que para mí fue un regalo más que me hizo muchísima ilusión», continúa.

Avelina recogió el premio en Madrid este fin de semana
Avelina recogió el premio en Madrid este fin de semana

Esta ourensana dice que su punto fuerte es la simpatía, que le gusta meterse con los clientes que van a diario, que ya casi son como de la familia, y también atender de forma cercana a los que van por casualidad. «Me compran muchos turistas y por eso hago un poquito de punto de información sobre Ourense. Lo que más me preguntan es por el trenecito que va a las termas de Outariz y siempre les cuento. Hay que tener paciencia y alegría para trabajar cara al público», confiesa. Avelina nació en la aldea de Chaudarcas, en Pereiro de Aguiar. Estudió corte y confección en la Academia Purificación de la capital y trabajó como costurera en la tienda de decoración Pétalos durante más de nueve años. Lo hizo hasta que necesitó un trasplante de córnea. «La operación salió mal y ahí fue cuando perdí la visión de un ojo», cuenta. Luego le dio un derrame en el otro ojo. «En ese momento contacté con la ONCE y empecé a apuntarme a cursillos y demás iniciativas hasta que conseguí mi propio puesto», recuerda. «Está claro que la vida viene como viene. Pero a día de hoy puedo decir que me encanta mi trabajo y que de hecho ni pienso en jubilarme», termina.