Octavio de Toledo, cirujano: «Vivir la evolución de la cirugía estos cuarenta años ha sido una experiencia tremenda»

Fina Ulloa
Fina Ulloa OURENSE / LA VOZ

OURENSE CIUDAD

El cirujano del CHUO Octavio De Toledo Ubieto se jubila el próximo mes
El cirujano del CHUO Octavio De Toledo Ubieto se jubila el próximo mes cedida

Fue el primero en introducir la laparoscopia en el CHUO y en convertir al hospital ourensano en pionero a nivel gallego y nacional en algunas intervenciones con esta técnica

05 may 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Octavio de Toledo Ubieto (Sevilla,1952) acaba de cerrar una etapa profesional que le ha vinculado a Ourense durante más de cuatro décadas. Un tiempo que, según el mismo reconoce, coincide con una impresionante revolución en el sector sanitario marcada por los avances tecnológicos que han convertido a su especialidad, la cirugía, en algo bien distinto a lo que él se encontró cuando comenzó a ejercer. De hecho, el hasta ahora jefe de sección de Cirugía General y Digestiva del CHUO (se jubila dentro de un mes) estuvo en esa avanzadilla y convirtió al hospital ourensano en pionero a nivel gallego, e incluso nacional, en la aplicación de la laparoscopia en algunos tipos de intervenciones, como la cirugía de hernia inguinal. Él recuerda que todo se debió al empeño del entonces jefe del servicio. «Cuando a finales de la década de los 80 comenzó a utilizarse esta técnica tanto en Europa como en Estados Unidos, el jefe de servicio, el doctor Francisco Gómez, que era un hombre muy inquieto, vio claro que esto era el futuro. Y como yo era el más joven del servicio me encargó de arrancar con eso. Era una persona de mucho tesón; siempre estaba empujando para que siguiera adelante», explica Octavio de Toledo. El encargo le llevó a viajar a Madrid y a Barcelona para aprender la técnica y formarse; pero también a París y a Miami «y tuve la oportunidad de estar con el doctor Miguel Ángel Cuesta, que estaba en Ámsterdam pero venía mucho a España. De hecho, le trajimos incluso a operar aquí a la residencia», recuerda. «De aquella no había ni internet, ni vídeos, ni nada por el estilo. La única forma de aprender de los más expertos y, por tanto, los que más sabían, era que vinieran ellos o ir nosotros», aclara. 

De la evolución y modernización del servicio de cirugía habló Octavio de Toledo a los colegas y residentes que este miércoles acudieron al aula Cabaleiro Goás del CHUO en una charla que, en la práctica, fue la despedida al ejercicio activo de su profesión. El jefe de sección de Cirugía General y Digestiva del CHUO, que aún recuerda como algo «tremendamente emocionante» su primera operación de vesícula con esta técnica, apunta que hoy en día «prácticamente toda la cirugía digestiva, salvo el trasplante de hígado, se puede hacer por laparoscopia siempre que las condiciones del paciente lo permitan». Eso sí, advierte que la especialidad sigue avanzando y, por tanto, la formación del cirujano es algo que nunca se puede dar por concluida. Máxime en los tiempos actuales. en los que la evolución tecnológica aporta constantes novedades que poco a poco van incorporándose al día a día de su ejercicio profesional. «Ver cómo ha evolucionado la cirugía estos cuarenta años ha sido una experiencia tremenda, preciosa. Te deja asombrado ver que esa evolución es imparable porque ahora ya estamos con la cirugía robótica, la tecnología 5G, la realidad aumentada, la inteligencia artificial...», relata el especialista. El cirujano cree que son las nuevas generaciones las que deben liderar ahora la incorporación de todos esos cambios. «Igual que cuando yo empecé, estas cosas son para la gente joven. Ellos son el futuro y quienes de verdad lo van a aprovechar y ayudar a evolucionar», sentencia. 

José María Octavio de Toledo Ubieto llegó a Ourense en 1979 para hacer el MIR. A este andaluz «por casualidad» (como el mismo se define recordando que nació en Sevilla porque era allí donde estaba destinado su padre, militar de profesión), no le duelen prendas al reconocer que, cuando terminó la carrera, Ourense no era su primera opción para preparar la especialidad como residente. «Lo elegí porque, por un lado no salieron los números para hacerlo en Madrid o Barcelona, que era donde quería ir todo el mundo; y por otro porque yo tenía un compañero de facultad que era de Coruña y él me animó. Me contó que habían hecho un servicio nuevo con el cirujano Roberto Vila que era muy bueno», narra. Eso sí. Este rincón del noroeste peninsular no le era del todo desconocido. Conocía la ciudad y especialmente la villa de O Carballiño de los veranos en los que acompañaba a sus padres que acudían a tomar las aguas. Cuando llegó para el MIR acababa de trasladarse el hospital provincial ubicado en la zona de As Lagoas a la ubicación actual del Santa María Nai «y entre el hospital Nuestra Señora del Cristal y el materno infantil que se había inaugurado dos años antes, pasaba una carretera», recuerda. En el año 82, coincidiendo con las elecciones generales y la costumbre de los gobiernos de «descongelar plazas» al final de las legislaturas se presentó a los exámenes para esas oposiciones en varios hospitales españoles. «Y tuve toda la suerte porque la primera plaza que saqué fue la de adjunto en Ourense; lo cual era lo mejor porque yo estaba feliz aquí, vivía feliz y no me apetecía nada marchar», asegura.