La huelga del bus arranca en Ourense con sabotajes y con cientos de afectados

Miguel Ascón Belver
Miguel Ascón OURENSE / LA VOZ

OURENSE CIUDAD

Los vehículos que pudieron circular (en la imagen, el «tren das termas») llevaban un cartel visible avisando de que eran «servicios mínimos».
Los vehículos que pudieron circular (en la imagen, el «tren das termas») llevaban un cartel visible avisando de que eran «servicios mínimos». Santi M. Amil

Los servicios mínimos, del 52 %, fueron incumplidos, sobre todo por la mañana

04 may 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Aunque Gonzalo Pérez Jácome acaparó el protagonismo de la jornada por propinar un empujón a una sindicalista que protestaba frente al Concello de Ourense, el primer día de la huelga en el transporte urbano estuvo marcado por el incumplimiento de los servicios mínimos, decretados por el gobierno local en el 52,8 %. Cientos de usuarios tuvieron que buscar alternativas para desplazarse, especialmente a primera hora.

Los piquetes organizados en las cocheras de Urbanos de Ourense, en Quintela de Canedo, impidieron que los vehículos salieran con normalidad. Además, tres de cada cuatro sufrieron sabotajes, según asegura la empresa. Así las cosas, al arrancar la mañana, el servicio comenzó con solo tres líneas en circulación. Más tarde, agentes de la Policía Nacional custodiaron la salida de los autobuses y la situación se fue normalizando.

«O Concello de Ourense lamenta as molestias que estes feitos poidan supoñer ás persoas que utilizan o servizo municipal de autobuses e úrxelle á concesionaria para que os servizos afectados se activen o antes posible», indicaban fuentes municipales a mediodía. Desde la empresa concesionaria, Urbanos de Ourense, aseguran que treinta de sus vehículos (el 75 % del total) sufrieron «ataques violentos» y detallan pinchazos en neumáticos, manipulaciones en los bombines de las cerraduras de arranque, así como diversas pintadas. «Afortunadamente non se produciron danos persoais», añade el comunicado difundido por la empresa concesionaria.

Urbanos de Ourense asegura que tres de cada cuatro buses sufrieron pinchazos, pintadas y otros ataques vandálicos.
Urbanos de Ourense asegura que tres de cada cuatro buses sufrieron pinchazos, pintadas y otros ataques vandálicos.

Desde la compañía se advierte que este ambiente no es el idóneo para llegar a un acuerdo. «Namentres continúen estes ataques que atentan contra os servizos mínimos non hai posibilidade de negociación», dicen desde Urbanos de Ourense, que apelan al comité de empresa a desconvocar los paros para recuperar el diálogo «co fin de atopar solucións viables para todos sen un contexto de continua conflitividade».

La empresa entiende que el modo en que los trabajadores han planteado esta cuestión es «desproporcionado» y aseguran que siempre han estado abiertos a la negociación. «O comité convocou estes paros cando a empresa acababa de formular unha proposta que melloraba o acordo firmado cos representantes dos traballadores en xaneiro do ano 2021», remarcan.

«Queremos algo pacífico, pero hay una crispación muy alta», dicen los trabajadores

El alcalde de Ourense, Gonzalo Pérez Jácome, recibió en la mañana de ayer a una representación del comité de empresa de la concesionaria del bus urbano. Según explicó después su presidente, Daniel Fernández, el regidor les pidió que desconvocaran la huelga para facilitar las negociaciones, a lo que se negaron. Se comprometió, en todo caso, a propiciar este miércoles una reunión en la que estén presentes todas las partes para tratar de buscar una solución al conflicto.

Agentes de la Policía Nacional custodiaron la salida de los buses de las cocheras de Quintela de Canedo a primera hora de la mañana.
Agentes de la Policía Nacional custodiaron la salida de los buses de las cocheras de Quintela de Canedo a primera hora de la mañana.

«La empresa le trasladó al alcalde que nosotros estamos pidiendo una subida del 30 %, pero eso es mentira», aseguró Fernández, que añadió: «La huelga es el único recurso que tenemos y no la vamos a levantar, pero sí que nos vamos a sentar con la empresa las veces que haga falta». El presidente del comité no negó que ayer se hubiesen producido actos de sabotaje, pero dijo no tener conocimiento directo de los mismos: «Nosotros queremos algo pacífico, pero sí es cierto que hay una crispación muy alta dado que nos tienen abandonados en todos los sentidos y no vamos a aceptarlo».

Los trabajadores han recibido numerosas muestras de apoyo, entre ellas, la de la asociación vecinal de Seixalbo, que entiende que los servicios mínimos «abusivos» decretados por el gobierno enconaron ayer el conflicto.