Fingió enamorarse de una mujer a la que conoció en Facebook y la engañó para que le diera dinero

Marta Vázquez Fernández
M. Vázquez OURENSE / LA VOZ

OURENSE CIUDAD

Imagen de archivo de una sala de la Audiencia Provincial de Ourense
Imagen de archivo de una sala de la Audiencia Provincial de Ourense Santi M. Amil

El juicio contra el falso enamorado tuvo que suspenderse en la Audiencia a causa de una enfermedad del acusado

29 abr 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

No es delito que alguien haga creer a otra persona que se ha enamorado de él o ella, pero sí puede serlo engañarla con falsas promesas amorosas para lograr un beneficio económico. Es esa conducta la que imputa la Fiscalía de Ourense a un hombre que este jueves debía sentarse en el banquillo de acusados de la Audiencia provincial. Se cree que Vicente S. H. hizo creer a una víctima que se había enamorado de ella, engatusándola de tal forma que la mujer accedió a darle dinero y, cuando lo tuvo, él puso pies en polvorosa.

El juicio no se pudo celebrar. El acusado alegó motivos de salud para no responder a su citación, por lo que habrá que buscar nueva fecha para dictaminar si en lo ocurrido en este caso hubo o no un delito de apropiación indebida. Los hechos se remontan al año 2016. En el mes de mayo, y siempre según la versión de la acusación pública, el acusado contactó con la víctima a través de Facebook. «Desde el momento en el que la conoció el acusado, movido por el ánimo de procurarse un beneficio patrimonial ilícito a cosa del caudal ajeno, comenzó a enviarle mensajes, haciéndole creer que se había enamorado de ella», recoge el informe de conclusiones provisionales de la Fiscalía de Ourense, en el que se constata de que después de varias semanas intercambiando mensajes, el acusado se desplazó hasta la localidad de Celanova, en la que residía la víctima, para conocerla personalmente.

Se sospecha que su única intención era ganarse su confianza, si bien habría hecho su papel de forma tan brillante que ella se creyó que el falso novio tenía un piso en Alicante al que ambos podrían irse a vivir cuando la relación se estabilizara. Ella, por cierto, se encontraba en aquellos momentos en proceso separación, otra ventaja que habría aprovechado el acusado para convencerla de sus sentimientos.

Llegado un punto, él empezó a hablarle de sus problemas económicos y le pidió ayuda para solucionarlos. Ella accedió a hacerle giros postales que pasaron de ser de 20 o 30 euros al principio, a subir hasta los 750. En total, ella le mandó casi tres mil euros, tras lo cual el presunto enamorado dejó de comunicarse con ella sin más explicaciones. La víctima acudió a los tribunales.