
El monasterio budista de San Amaro recupera esta semana los retiros con uno que tendrá lugar de jueves a domingo
12 abr 2022 . Actualizado a las 19:18 h.El monasterio budista del concello ourensano de San Amaro, Chu Sup Tsang, recupera sus actividades presenciales después de los dos años de paralización que provocó la pandemia. La primera iniciativa es un retiro espiritual que tendrá lugar desde el jueves hasta el domingo, día en el que finalizará con la puya de fuego. «En este momento contamos con unas cuarenta y pico personas que vienen de Galicia y también de fuera», explica Tenzing Ngeyung, la primera monja budista ourensana que tuvo el monasterio. Todavía quedan plazas disponibles. Habrá medidas de seguridad frente al covid: al llegar todos los visitantes tendrán que pasar un test de antígenos. «Aquí el espacio no es problema porque tenemos más de 30.000 metros de bosque para hacer mucha vida fuera», comenta Tenzing.
El lama Gueshe Tenzing Tamding, la máxima autoridad del monasterio, dirigirá el retiro, que en esta ocasión estará dirigido a la meditación en la compasión. «Es una de las mentes más beneficiosas que debemos intentar procurar, tanto para nosotros como para transmitir al resto de las personas que nos rodean generando esa energía», admite la monja ourensana. En el monasterio han notado un incremento en el número de personas que se acercan a consultar por las iniciativas o los retiros con los que intentar superar el hastío y el cansancio anímico que ha generado la pandemia. «Las consecuencias de situaciones tan extremas como las que están ocurriendo a nuestro alrededor no solo se advierten en las consultas de psicología y psiquiatría. Aquí siempre decimos que a veces el sufrimiento es un motor para despertar la espiritualidad. No hace falta ser monje como nosotros, todos queremos vivir en paz», añade.
El retiro arrancará el jueves con una ceremonia de iniciación en el buda Chenrezig, uno específico de la compasión. Durante las dos jornadas siguientes, los participantes harán ocho horas diarias de meditación, divididas en sesiones de dos horas. En ellas trabajarán con el mantra que significa «Ojalá abandones el sufrimiento y dejes de generar causas para sufrir». Ya el domingo llegará la puya de fuego, una ceremonia en la que se queman trece sustancias diferentes y se consigue pacificar los obstáculos y restablecer la armonía. «A la puya puede acudir cualquiera, independientemente de que haya participado en el retiro o no. Y con ella además se pretende generar una energía que beneficie a todos los seres de nuestro alrededor», afirma Tenzing. La experiencia terminará con una comida de celebración conjunta en el monasterio. El precio completo del retiro, de jueves a domingo, es de 175 euros por persona. Acudir a la puya de fuego y a la comida del domingo tiene un coste de 20 euros.