El origen de todo había sido el desencuentro vivido el 14 de febrero de ese año entre Jácome y el agente Nemesio Gómez en el exterior del pabellón de Os Remedios. Aquel día el entonces líder de la oposición acudió a las instalaciones deportivas y recriminó al agente que hubiese dejado su coche mal estacionado, iniciándose entre ambos un incidente de tráfico que acabó meses después en el juzgado, con denuncias cruzadas. El líder de DO y Telmo Ucha acusaban al agente de haberlos atropellado, mientras que este les imputaba coacciones a los otros. El juez no condenó entonces a ninguna de las partes, pero durante los meses posteriores al episodio, Jácome hizo declaraciones en varios medios de comunicación por las que ahora podría tener que responder como acusado. Así, recoge el auto que dijo que el agente «formaba parte de una mafia policial o que era un corrupto, haciendo referencia al mismo como una manzana podrida». El agente acudió a los tribunales.
Y aunque el juez considera probado que el denunciante fue condenado en octubre del 2015 por un delito de falsedad en documento oficial, «por haber ayudado a distintas personas a eludir el pago de distintas multas», no ve evidencias de que cuatro años después, en 2019, existiera una mafia dentro de la Policía Local relacionada con la imposición de sanciones de tráfico, y de la que formaba parte aquel mismo funcionario. Tampoco le parece suficiente para eludir la imputación que Jácome matizara sus declaraciones cuando meses después del incidente rechazó en público la idea de que existiera una mafia policial, manteniendo sin embargo que había «manzanas podridas», entre las que incluía al agente.