T enía pendiente escribir sobre las discusiones en el pleno municipal de Ourense sobre las bodas. El alcalde, Gonzalo Pérez Jacóme, justificando su enfrentamiento con una funcionaria porque cree que le recomienda a las parejas que opten por José Araújo para que las case y no por él mismo o por Armando Ojea. Nivel.
También pensé en escribir sobre el 8M, después de compartir una interesante charla con otras mujeres, un ratito para pararnos (ay, parar). Una oportunidad de hablar entre nosotras, de nosotras. La ocasión de pensar en los retos que hemos superado, las dificultades que nos vamos encontrando y las cosas que nos salen realmente bien. Un momento para tomar aire.
Otra opción sería escribir de política, aunque sea una política tan de andar por casa como la del PSOE en Ourense, que uno no sabe si se está eligiendo al secretario de una agrupación política o a un delegado de Primaria.
El covid, al que hemos resistido a duras penas, ha sido un argumento recurrente en los últimos dos años. Sobraban los motivos. Tendríamos que empezar a pasar página porque sí (y porque las vacunas nos lo permiten). Pero en realidad lo estamos haciendo por lo que se nos viene encima. Porque no podemos con dos desgracias mundiales al mismo tiempo.
Y es que en días como estos que estamos viviendo todo lo demás (lo que no es la guerra) parece tener menos importancia. Resulta frívolo. Porque viendo lo que hay, todo lo que era tan grave parece mucho más simple.