La diócesis triplicó su labor asistencial durante la pandemia

Cándida Andaluz Corujo
c. andaluz OURENSE / LA VOZ

OURENSE CIUDAD

Santi M. Amil

El 44 % de los fondos del 2020 se dedicó a atender las necesidades de los vecinos

04 dic 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

El año 2020 trastocó la vida en todos los sentidos. La pandemia y el estado de alarma dieron un vuelco al día a día de muchos ourensanos que vieron como, de repente, se quedaban sin trabajo o solos en sus casas. La Diócesis de Ourense ha tenido un papel fundamental a la hora de dar respuestas a aquellas personas que peor lo han pasado. Lo ha hecho a través de Cáritas y también de los sacerdotes de cada una de las 735 parroquias que han estado pendientes de sus vecinos. Así lo explicó el obispo de Ourense, Leonardo Lemos Montaner, durante la presentación de la memoria económica y de actividades de la Diócesis de Ourense en el 2020. «Las iglesias tuvieron que cerrar y los párrocos del rural han estado llamando a los vecinos a diario para saber cómo estaban o simplemente para darles consuelo. Algunos incluso donaron parte de su sueldo. También hemos ofrecido instalaciones por si fueran necesarias», apuntó. Y aludieron a la labor realizada por el capellán del hospital, que ha acompañado a muchos ourensanos en sus últimas horas de vida, o a la de los miembros de la pastoral penitenciaria, que ayudaron a los presos y a sus familias a pasar de mejor manera los meses de incertidumbre. Subrayó, también, el trabajo de los misioneros ourensanos en países donde la pandemia fue más dura que en España.

Este trabajo se ha traducido en números. Así, el 44 % del presupuesto anual, que superó los doce millones de euros, se destinó a la parte asistencial y pastoral. El siguiente porcentaje, un 19 %, fue para el salario del clero.

En el 2020, y todavía este año, el aumento en el número de servicios del comedor social lo califican de «alarmante», superando las 550 raciones diarias, alcanzando en abril del 2020 el número máximo, 667. Así, el año pasado se incrementó en un 96 % el número de personas atendidas respecto al año anterior a la pandemia. Fueron 2.196 los ourensanos que en el 2020 usaron el comedor social, donde se repartieron 150.920 raciones.

Poder llevar a cabo todas estas acciones ha sido posible gracias a los ingresos que actualmente llegan a la Diócesis de Ourense. El 46 % del total corresponde a la aportación directa de los fieles y el 29 % a la asignación tributaria, a través del fondo común diocesano. En este sentido, Leonardo Lemos explicó que Galicia es una de las comunidades donde menos se opta por destinar un porcentaje de la cuota íntegra de la declaración de la renta a colaborar con el sostenimiento económico de la Iglesia católica. Esto hace que la ourensana reciba más de lo que da de ese fondo. «Vivimos de la solidaridad de las otras diócesis de España», dijo el obispo.

En cuanto a los gastos, además de los asistenciales y pastorales y la retribución del clero, el resto se divide entre los sueldos del personal seglar, las aportaciones a centros de formación y la conservación y gastos de funcionamiento de los inmuebles, entre otros. Actualmente, en la Diócesis de Ourense (que no incluye la comarca de Valdeorras) hay 735 parroquias y cinco monasterios. 280 sacerdotes y 362 religiosos atienden a los 261.880 fieles católicos.

Desde la diócesis quisieron hacer un llamamiento a las personas que, tras el cierre de las iglesias por la pandemia, no han vuelto. «Cuando cerramos escuchamos muchas veces que la Iglesia no estaba. Pero sí. Los sacerdotes han estado pendientes de los fieles y, junto a los voluntarios, ayudando en el comedor social, llevando la compra a las personas que no podían salir y llamándoles continuamente», relató el obispo. A cambio, dijo, y a pesar de estar las iglesias cerradas, las aportaciones económicas de los fieles con sus parroquias no descendieron y siguieron apoyando a Iglesia en sus acciones.

Aumentó el número de voluntarios jóvenes que se unieron a las actividades

El trabajo desarrollado por la Diócesis de Ourense desde el 2020 hubiera sido imposible sin la ayuda de los voluntarios. Han dedicado más de un millón de horas a atender las necesidades de los vecinos. Lo han hecho en el comedor social y en la calle, acompañando y llevando alimento y medicinas a las casas de los que no podían salir. Leonardo Lemos significó que, además de aumentar el número, también descendió la edad. Si antes de la pandemia esta labor era realizada, generalmente, por gente mayor, desde el 2020 los jóvenes ourensanos se han puesto a disposición de la diócesis para echar una mano, a pesar de no ser habituales en las actividades de a Iglesia. Es más, el obispo explicó que durante meses un joven musulmán se unió al equipo del comedor de Cáritas para colaborar.

«Nadie puede dudar de nuestra implicación en una situación de emergencia, que la seguimos teniendo. Ni de nuestro comportamiento a la hora de solucionar los problemas concretos de los ciudadanos», destacó Lemos Montanet. Explicó que lo que más preocupa ahora son los problemas generados por la soledad, ya que ha habido un aumento de atención a personas con problemas psiquiátricos. Instó a todas las administraciones a trabajar para evitar el aumento de los casos de suicidio. «Tiene que hacerse un estudio. ¿Qué explicación tiene?», preguntó.