«Me parece indignante que se repita esta situación», dice un vecino que sufrió un ataque similar
03 dic 2021 . Actualizado a las 05:00 h.A los vecinos de la calle San Payo, en el barrio de A Ponte, en Ourense, la noticia de que un perro pastor alemán había matado a otro perro este martes por la noche no les pilló por sorpresa. Tampoco que su dueño hubiese triplicado la tasa de alcoholemia en el momento en el que los agentes le realizaron la prueba después de que cogiese el coche para ir a por su documentación y a por la de su animal. «Es una persona que suele generar conflictos», comentaban los clientes de un bar de la zona. Mientras lo estaban diciendo, dos coches de la Policía Nacional aparcaron frente al portal del vecino, cuyo perro ha de estar en cuarentena en casa desde el incidente.
No es la primera vez que el dueño del pastor alemán tiene problemas por culpa de su perro con otros vecinos de la zona. Esta semana el animal, que iba sin atar, mató a la mascota de una vecina de A Ponte de 61 años, a quien también le provocó heridas cuando trató de separarlo de su perro. Pero en junio la historia se repitió con otro vecino del barrio ourensano, Paco Sarria. «Salí con mi pareja a pasear a los dos perros que tenemos, ambos de raza pequeña. Estábamos caminando por la calle Mercado y de pronto apareció el pastor alemán y le echó la boca al que yo llevaba de la correa», explica. En ese momento, Sarria levantó en brazos a su perro pero el otro lo agarró con los dientes hasta que lo zafó y comenzó a zarandearlo. «Llegó el dueño y entonces el perro paró», apunta. El resultado fue una lesión en una pata para su mascota y él con un brazo escayolado, una baja de tres meses y pesadillas que todavía tiene hoy. «Me parece indignante que se repita esta situación. Es el mismo hombre y el mismo perro, que sigue sin ir atado, y lo peor es que podría atacar a un niño pequeño y entonces a ver cómo acabaría la historia», lamenta. Sarria dice que intentó poner una denuncia en la Policía Nacional en dos ocasiones pero que le desaconsejaron que lo hiciese: «Me dijeron que no iba a llegar a nada y que se archivaría. Pero ahora tengo muy claro que voy a llegar hasta el final porque no puede ser, esta es prácticamente la misma historia que me ocurrió a mí». Quiere aunar fuerzas con la vecina víctima del altercado de este miércoles. «Lo normal sería que a ese hombre le quitasen el perro y ojalá a este lo adopte una buena familia, porque la culpa no es del animal», concluye Sarria.