Para la edición de este año, la organización cuenta con setenta voluntarios
13 nov 2021 . Actualizado a las 05:00 h.Un acontecimiento deportivo de las dimensiones de la carrera popular del San Martiño, aunque esta edición del 2021 sea en versión limitada por el covid, requiere de un amplio despliegue logístico y de seguridad para atender a los corredores y velar porque la prueba discurra sin incidentes. El personal del Consello Municipal de Deportes lleva jornadas volcado en los preparativos, y la Policía Local de Ourense monta un operativo especial para vigilar todos los aspectos relacionados con el tráfico y la seguridad ciudadana. Pero, sin duda, la labor de los voluntarios es la más encomiable en este tipo de eventos. Hay colaboradores que llevan años dedicando su tiempo gratis para que la ciudad y los deportistas puedan disfrutar otro domingo de noviembre de una gran carrera del San Martiño. Estos días, en el módulo de atletismo de Os Remedios encontramos a dos de ellos. Serán en total unos setenta colaboradores, sumando los más de cincuenta voluntarios de las agrupaciones de Protección Civil de Ourense y de otras localidades.
A los 16 años comenzó Aitor Vispo a ayudar en la carrera del San Martiño. Necesitó incluso aportar la autorización de sus padres para hacerlo. Era la 35 ª edición, en el 2011. «Teño a colección das camisetas todas desde entón», resume. Su primer destino fue estar en un punto de control en la avenida de Zamora, recuerda. «Logo coñecín a Marta (Míguez) e entablamos unha amizade e xurdiron as carreiras do Correndo por Ourense», explica Aitor. Y, aunque este año al reducirse el volumen de participantes también se han restado voluntarios —en un año normal solían ser 300 personas echando una mano altruistamente— Aitor Vispo quiso seguir colaborando. Es sanitario y sabe que puede ayudar en una edición marcada por los protocolos covid. Y además, le gusta hacerlo y el ambiente que se genera: «Fan que te sintas como un membro máis, fan agradable a colaboración», expresa. Viendo desde dentro la organización, Aitor Vispo puede decir que «a San Martiño é unha carreira de fondo nos preparativos». En cuanto al trato con el público, Aitor reconoce que, aunque es difícil complacer a todos, «a maioría da xente che recoñece o traballo. Nós tratamos de facelo o mellor posible, pero cando vén a xente en pelotón é imposible atender a todos á vez», añade.
Repartiendo chips y dorsales está también otro veterano del voluntariado con la San Martiño y con otros operativos, pues es miembro de la agrupación de Protección Civil de Ourense. Manuel Uruburu lleva más de veinte años vinculado a la prueba ourensana. En algunas ediciones, realizó una labor necesaria para ayudar a corredores extranjeros. Hizo de intérprete entre los atletas kenianos y los médicos que les realizaban los controles antidopaje, traduciéndoles al inglés lo que el galeno les preguntaba. En el reparto de dorsales, chips y camisetas, aunque este año son dos mil participantes en lugar de los diez mil de otros años, Uruburu reconoce que no ha parado en toda la tarde. Como Aitor, destaca el buen ambiente con el personal del CMD.
El domingo se vestirá de naranja como miembro de la agrupación de Protección Civil y ayudará en la salida de la Ponte do Milenio. Del grupo de la ciudad serán una treintena de voluntarios, pero también llegan miembros de Allariz, Paderne de Allariz, Toén y la Mancomunidad del Ribeiro, enumera Manuel Fernández, responsable de la agrupación ourensana. En la ciudad, es el acontecimiento que mueve más efectivos. Estarán colaborando con la Policía Local en cortes de tráfico desde las 11.00 horas, en los avituallamientos a corredores, y en la salida y la meta.