«As enfermeiras facemos os controis do Sintrom desde o 2010 en Ourense»

María Cobas Vázquez
maría cobas OURENSE / LA VOZ

OURENSE CIUDAD

Santi M. Amil

Las profesionales tienen que pasar un curso para poder validar anticoagulantes

11 nov 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

El Sergas ha decidido que a partir de ahora los controles de los anticoagulantes orales —el más conocido es el Sintrom, aunque hay otros— se hagan desde las consultas de enfermería de Atención Primaria. Se extiende así a toda Galicia un modelo que en el área sanitaria de Ourense, Verín y Valdeorras lleva funcionando desde el año 2010 y que también se aplica desde hace tiempo en Santiago.

Es un nuevo paso para agilizar las consultas y que el paciente pase el menor tiempo posible en su centro de salud, es decir, el más cercano a su casa. Un cambio que deja atrás la historia de los tratamientos de Sintrom, que eran un verdadero engorro para los pacientes con enfermedades cardiovasculares —la fibrilación auricular es la que tiene más incidencia— en los años 90. Recuerda la coordinadora de enfermería del centro de salud de Xinzo de Limia (9.637 habitantes), María José Feijoo, que hace 30 años a Pura, una vecina de Riós (1.461 habitantes), cada control le suponía dos y hasta tres días fuera de casa. «Tiña que ir a Ourense no tren do día anterior e durmir na cidade para pola mañá ir á cita co hematólogo no hospital. Se lle daban o resultado pronto, volvía no tren desa mesma mañá, pero se se retrasaba tiña que esperar ao do día seguinte», relata Feijoo.

Después los controles se pasaron al centro de especialidades de Ourense. «Eran famosas as colas arredor do edificio, que daban a volta toda», rememora Feijoo. Así que se avanzó hacia el modelo en los centros de salud. Primero a través de los médicos y más tarde directamente en la consulta de enfermería. «Facemos os controis do Sintrom desde o ano 2010 en Ourense», apunta la coordinadora del centro de salud de Xinzo. No fue el único cambio en los últimos años. Recuerda Feijoo que antaño se enviaban los análisis a Hematología y los resultados llegaban por fax a los centros de salud; pero con la ley de protección de datos hubo que cambiar esa práctica, y se instauró la vía telemática para garantizar siempre la confidencialidad.

Cursos para poder validar

Para poder validar los controles de los anticoagulantes orales, el personal de enfermería tiene que pasar una formación específica. En Ourense, todas las enfermeras de atención primaria están habilitadas para hacerlo. Y los cursos se siguen programando cada mes o mes y medio para repescar a las profesionales que se vayan sumando al servicio. El objetivo es garantizar la atención más próxima a los 7.549 pacientes que actualmente toman Sintrom en la provincia y que son controlados en atención primaria.

Aun así, sigue habiendo pacientes que tienen que pasar por la consulta del médico de cabecera, o incluso del hematólogo. Aunque son los menos. «Son aqueles que teñen niveis moi altos ou moi baixos sobre o seu valor ideal», explica Feijoo, lo que se conoce como INR (por las siglas en inglés de la ratio normalizada internacional).

Es por eso que hay quien con un tratamiento de tres miligramos a la semana está bien controlado y quien con 40 no lo está, remarca la enfermera. Se incluyen en este grupo los niños (que son los menos), las embarazadas o los pacientes que toman puntualmente una medicación, «algúns antibióticos ou algún antiinflamatorio», en los que es preciso controlar si el nuevo tratamiento interfiere o no en los parámetros de coagulación de la persona. A día de hoy son cuarenta los pacientes ourensanos cuyos controles tienen que ser validados específicamente por un especialista.

Lo más habitual entre los usuarios de Sintrom es que tengan que acudir a la consulta de enfermería cada 28 días. Son apenas 10 minutos que empiezan con un pinchazo en el dedo; aunque en algunos casos se puede prolongar un poco más. Sobre todo cuando los parámetros no son los correctos y entonces la enfermera realiza una sesión de educación para la salud con el paciente (habitualmente gente de avanzada edad) para corregir aquellos hábitos que puedan influir en el tratamiento.