Caminando a por la tercera dosis de la vacuna del coronavirus a los 105 años

Salió de su casa en el barrio de Santa Teresita en Ourense y cogió un taxi junto a su hija María Luisa. Apoyada en su bastón, Dolores Fernández Seijas (Chantada, 1916) entró el lunes por la mañana en el CHUO para recibir la tercera dosis de la vacuna del coronavirus. A sus 105 años, nunca dudó en inyectarse el suero, ella que es habitual en la campaña de la gripe.

Al contrario que en las dos ocasiones anteriores, esta vez sintió malestar al día siguiente de recibir el suero del covid. «Ayer estuve un poco cansada, pero ya estoy mejor», contaba esta tarde por teléfono, para después agradecer el trato de los sanitarios: «Mejor imposible, fueron muy amables, muy corteses». Su hija apuntaba entonces que la centenaria había tenido unas décimas de fiebre, que le había bajado con ayuda de un Paracetamol. «Quizás es que iba nerviosa, pero ya está bien», señalaba.

105 años de devoción y energía

María Doallo

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