Morir no es suficiente

Luis Gulín EL DESCORCHADOR

OURENSE CIUDAD

01 nov 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Viendo estos días la tradición católica de honrar y recordar a los muertos, vemos los camposantos llenos de gente limpiando los nichos y tumbas de sus seres queridos y recordarlos en la intimidad y el silencio. Pero no todos los ourensanos pueden practicar este rito de respeto. Hay un gran grupo de vecinos y vecinas que no tienen el derecho de morir aquí en Ourense y prácticamente en toda Galicia. Pueden nacer aquí, estudiar, trabajar, tener la nacionalidad española, pagar sus impuestos, crear puestos de trabajo, cuidar de nuestros mayores, realizar los trabajos que nadie quiere hacer, pero al morir no hay sitio para ellos. ¿Su pecado? Ellos rezan a Alá y creen en el profeta Mahoma, tranquila y pacíficamente en su templo, a veces en el interior de un bajo o un garaje transformado. Muchos de ellos, vía asociación de inmigrantes del Senegal y Marruecos, tienen un seguro de decesos para ser repatriados en caso de fallecer, aunque tengan pasaporte español. Otros, principalmente vecinos nuestros de la zona del Magreb, tiene un seguro familiar con una prima extra (muy elevada) de traslado del cadáver fuera de España, ya que en toda Galicia no hay ni un solo metro cuadrado para ser sepultados, a pesar de que la legislación autonómica ya se lo permite, incluso respetando sus ritos funerarios. Triste la situación que una estudiante marroquí, ya española desde nacimiento, que pueda fallecer por una desgracia, y que sus amigos, compañeros del colegio y familiares no tengan un día como estos señalados para mostrarle sus respetos, excepto tomar un avión y trasladarse a Nador, Fez o Casablanca.