Los flecos de los líos en comisaría: una macrocausa, dos querellas y un recurso

Marta Vázquez Fernández
m. vázquez OURENSE / LA VOZ

OURENSE CIUDAD

Agostiño Iglesias

Los policías gemelos volvieron a declarar como investigados este lunes

26 oct 2021 . Actualizado a las 17:31 h.

Seis años después de que la comisaría de Policía Nacional de Ourense se viera envuelta en la peor de sus crisis, los ecos de aquellos días negros resuenan en los juzgados. Este lunes en el de Instrucción 2 dio sus primeros pasos la investigación derivada de la querella presentada por el antiguo jefe del grupo antidroga, Antonio F. R., contra otros dos agentes, los hermanos gemelos Bernardo y Roi D. L. El primero, que fue acusado en la Operación Zamburiña, en la que se investigaba la colaboración entre funcionarios con placa y traficantes -un hecho de momento no probado-, acusa a los otros de delitos de organización criminal, simulación de delitos y denuncia falsa, considerando que actuaron para perjudicarlo y ponerlo en el foco de las sospechas en aquel asunto.

«Esta querella se presentó hace ya más de dos años y ha tardado mucho en encontrar juzgado, porque hemos tenido problemas de competencia», explicaba antes de las declaraciones la abogada del querellante, Beatriz Seijo. Tanto ella como su cliente creen que «por parte de los denunciados se llevaron a efecto diversos actos para simular que se habían cometido una serie de delitos y atribuírselos falsamente a Antonio». Se refiere a la sustracción de seis armas del búnker y a los accesos sin permiso a las bases de datos policiales para obtener información que se habría filtrado a delincuentes, dos conductas que se denunciaban en anónimos que salieron de la comisaría de Ourense entre finales del año 2014 y comienzos del 2015. «Sostenemos que Bernardo y Roi actuaron para perjudicar a Antonio y para atribuirle conductas que dieron lugar a la operación Zamburiña», explicó la letrada.

Eso sí, durante el interrogatorio los dos agentes, hoy en día apartados de esa labor profesional, contestaron únicamente a las preguntas de su abogado y a algunas que les fueron planteadas por el magistrado Luis Doval, negando todas las acusaciones. «Esta es una investigación abocada al fracaso», aseguró Neil González, abogado de los investigados, que a finales de la semana pasada presentó un escrito dirigido al juez en el que considera que «toda la querella se basa en mentiras y falsedades».

Habra que ver lo que ocurre con este asunto, si bien, no es el único que aún sigue abierto ante la justicia. De hecho, este mismo juzgado de instrucción investiga desde hace varios meses otra querella presentada por el mismo denunciante, el exjefe del grupo de drogas, contra el responsable de la Unidad de Asuntos Internos de la Policía, el grupo que investigó la Zamburiña. «Entendemos que incurrió en una serie de delitos en su actuación como agente de la policía por haber ocultado información; le atribuimos delitos muy serios, como un retraso malicioso en la administración de justicia, en la modalidad de que un funcionario no pone encima de la mesa una información, para que las cosas sean más retardadas o vayan a otro ritmo. Nos parece también una conducta muy grave», explicó Beatriz Seijo.

La muerte de un agente

Mientras, en el juzgado vecino, el de Instrucción tres, sigue abierta la que va camino de convertirse, si no lo es ya, en la causa más larga y compleja de cuantas se han investigado en la capital ourensana. Se trata de la muerte del agente Celso Blanco Álvarez, acaecida en abril del 2016 en la comisaría de policía. Desde el 2018 figuran como investigados por esa muerte los hermanos gemelos Bernardo y Roi, ya que la jueza considera que acabaron con la vida del que había sido su compañero y amigo. Eso sí, en base a distintos informes sobre el suceso, la Fiscalía de Ourense considera que la muerte de Celso fue un suicidio y ya ha pedido que se archive el caso. No lo han autorizado por ahora ni la jueza ni la Audiencia, a la espera del resultado de las últimas pruebas que se han solicitado. Una de ellas, recibida hace algunas semanas, echa por tierra la tesis de que los gemelos usaron un pasadizo para llegar hasta el despacho de Celso, que estaba cerrado con llave por dentro. Se analizaron catorce restos genéticos encontrados en esa zona, si bien ninguno de ellos coincide con el de los gemelos. Queda aún pendiente el resultado de una comisión rogatoria pedida a Estados Unidos y relacionada con el contenido de los móviles de los investigados. De manera conjunta, este juzgado investiga también el robo de las pistolas de la comisaría. Tres de ellas aparecieron junto al cadáver de Celso, y de una salió el tiro que lo mató.

A expensas de todo ello, en la mesa del Tribunal Supremo está el recurso de la Fiscalía contra la absolución de todos los acusados en la Zamburiña, derivada de la anulación del auto judicial que autorizó las escuchas telefónicas y que había desencadenado la operación. El alto tribunal deberá decidir si mantiene la tesis de la Audiencia provincial o, como pide la acusación, la echa por tierra y ordena repetir el juicio.