La aventura semiprofesional del baloncesto femenino ourensano que duró 14 temporadas

Maite Rodríguez Vázquez
Maite rodríguez OURENSE / LA VOZ

OURENSE CIUDAD

Pili Prol

El CB Pabellón Ourense debutó en octubre del 2001 en la novedosa Liga Femenina 2

07 oct 2021 . Actualizado a las 15:38 h.

En octubre del 2001 comenzaba una aventura para el Club Baloncesto Femenino Pabellón Ourense: su debut en la novedosa Liga Femenina 2. El 6 de octubre, las pabellonistas -entrenadas por José Luis Guede, con Marta Varela y Santi Vivas como parte del cuerpo técnico- se estrenaban ante el Basket Tara canario. Una semana después, jugaban su primer partido como locales en la que era entonces la segunda categoría femenina del baloncesto español, ante el Universitario Ferrol en Os Remedios. Dos partidos y dos victorias para el arranque prometedor de un equipo con una base mayoritaria de jugadoras ourensanas que venían de jugar fase de ascenso en la entonces potente Primera Nacional.

A las ourensanas Beni Blanco, Pili Álvarez, Camino Suárez, Raquel Rodríguez, se sumaron los fichajes de la base leonesa Sheila García, de las pívots Enma Barbosa y Patricia Quiroga, y el fichaje estelar de la interior argentina Gisela Vega, que se acabaría convirtiendo en una de las sensaciones de la liga y haría una larga carrera en las dos primeras ligas nacionales. «Fue una aventura que nadie sabía cómo resultaría. Se daba el paso a una categoría semiprofesional, que permitía contratar extranjeras extracomunitarias», recuerda Guede.

Pese al buen comienzo, en el tramo final, el equipo encadenó siete derrotas que lo abocaron a jugar el play off de descenso frente al Universidad de La Laguna. «Era un play off a tres partidos. El primero en Ourense lo jugamos muy bien. En La Laguna cambiamos la estrategia, dejando a Gisela fuera del quinteto inicial porque su juego se basaba en pararla. La reservamos y salió bien»; 71-74, con 24 puntos de la base Elsa Merillas, 13 de Enma, 11 de Pili y 6 de Beni, además de los 15 que aportó Gisela en la rotación. «Fue un partido muy completo y tuvimos tres días de vacaciones» en Tenerife, tras el 2-0, detalla el entonces entrenador. En aquella primera temporada, y también en las siguientes, como explica el técnico «el sufrimiento en esta categoría se metió en el ADN del equipo». La mejor clasificación fue un séptimo puesto en las temporadas 2002/03 y 2005/06.

El presidente de la directiva que se decidió a dar el paso a la nueva categoría era Manuel Rodríguez Valín, que sucedía en el cargo a Carlos Varela. «Me tocó ser presidente por petición popular. Un grupo de padres -él lo es de Raquel Rodríguez- tiramos del carro. Fue un año ilusionante, una temporada bonita. La LF2 fue buena para el baloncesto femenino ourensano. Se llegó a acuerdos con colegios, se potenciaron las bases y se implicaron Concello, Diputación, Caixanova y empresas», rememora el antiguo dirigente. Valín destaca la implicación de los técnicos, con Guede y Varela a la cabeza. «Había muy buen ambiente, muy familiar, y mucha gente en los partidos», destaca.

Era una liga nueva y los técnicos se buscaban la vida para conseguir información sobre los rivales. «Los clubes nos entregábamos copias de los partidos en cintas de VHS. Nosotros teníamos a Marta Varela que hacía unos scouting de enmarcar, con unas gráficas fantásticas. Estudiaba muy bien a los rivales, ya desde Primera», enfatiza Guede. Después de dos temporadas, este técnico regresó en la 2009/10, cuando coincidieron por primera vez dos equipos de la ciudad (Pabellón y Carmelitas) en la LF2.

Veinte años después, la historia es bien distinta. El equipo perdió la categoría en la temporada 2014/15. Benjamín Rodríguez, el entrenador entonces, cree que fue «un error como club y ciudad» perderla por problemas financieros. Hoy, el club, fundado en 1983, pasa apuros. Tiene un equipo sénior en Segunda femenina que ha tenido que refugiarse en el pabellón de Taboadela ya que el Consello Municipal de Deportes solo les facilitó un tercio del anexo de Os Remedios en horario vespertino. Tratan de reconstituirse tras la pandemia para llegar al 40º aniversario. «Siempre que haya gente dispuesta a jugar, el club va a estar», asegura Benjamín.