Los gofres de Príncipe llegan a Ourense

María Doallo Freire
María Doallo OURENSE

OURENSE CIUDAD

MIGUEL VILLAR

La zapatería del abuelo, en la rúa da Paz, recupera el mítico dulce que encandilaba a los vigueses

30 sep 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Ha pasado un año desde que cerró la gofrería más mítica de Vigo, el pequeño negocio situado en la calle Príncipe. Su dueño, Jose, se jubiló después de 30 años preparando gofres con un sabor único y con un aroma que atraía cada día a niños y vecinos de la ciudad olívica y también a turistas llegados de todas partes, que generaban colas a sus puertas. La ourensana Beatriz Alcalá y su hermana Elena, propietarias de La zapatería del abuelo, visitaban la gofrería cada vez que ponían un pie en Vigo. Por eso cuando se decidieron a abrir su cafetería tuvieron claro que estos dulces no podían faltar. «Jose tiene su propia fábrica de gofres, desde donde los distribuye a distintos locales de Galicia. Le contactamos en el confinamiento porque queríamos traerlos a La zapatería y nos trató genial», cuenta Bea. «Cuando en septiembre nos enteramos de que se jubilaba, le llamamos para pedirle que nos vendiese sus gofreras. Son de las antiguas, de hierro, y eso es también lo que hace único el sabor del resultado», añade. Lo consiguieron y Bea y Elena llevan guardando el secreto desde que abrieron las puertas de su cafetería, en la rúa da Paz, en enero de este año. Pero ha llegado el momento de la verdad: los gofres más conocidos de Vigo ahora pueden disfrutarse en Ourense.

«Esperamos por prudencia por el covid, no queríamos generar aglomeraciones ni nada por el estilo. Ahora que las cosas están mejor, nos hemos lanzado a cocinar gofres y lo cierto es que la acogida está siendo increíble, un furor. Estamos contentísimas», explica la hostelera ourensana. Para degustarlos solo hay que pedirlos en La zapatería del abuelo. Los preparan para comer en el local y también para llevar. «A domicilio no nos atrevemos porque el gofre hay que saborearlo bien calentito, si no se endurece y ya no es lo mismo», admite Bea. Los hacen solos, con nata, con chocolate líquido, con frutas naturales... e incluso se han atrevido con una versión salada que lleva queso, plátano, nueces y miel. «Están riquísimos», termina. Ahora solo queda ir a disfrutarlos. ¡Mmmm!