Me dirijo a ustedes para manifestarles mi absoluto desacuerdo con las declaraciones hechas por el alcalde de Ourense, Gonzalo Pérez Jácome, sobre la estancia de autocaravanas estacionadas en las vías públicas.
Como autocaravanista que lleva muchos años de vuelo, debo rechazar esas acusaciones por injustas y por falsas.
Usted, señor alcalde, está haciendo un daño irreparable a un sector que lo único que hace es dar dinero por las zonas por las que transitamos. Los autocaravanistas, en contra de lo que pueda parecer, no somos ni chabolistas ni quincalleros.
Nos gastamos una media de 70.000 euros en adquirir nuestro vehículo, lo que da idea de que nuestro poder adquisitivo nos da para consumir en las zonas por las que consumimos en supermercados, cafeterías, restaurantes, comercios de ropa, gasolineras y un largo etcétera.
Nosotros no llevamos una pulserita que nos haga ir a desayunar, comer y cenar a un mismo lugar, y no dejar gasto en el resto de sitios.
No hay gente más concienciada del cuidado del medio ambiente que nuestro colectivo, en nuestros vehículos disponemos de depósitos para recoger aguas residuales, y no dejamos la menor huella de nuestro paso por los sitios. Si vemos, por el contrario, como no podemos depositar en muchas ocasiones la basura en los contenedores porque están llenos un día tras otro, sin que ayuntamientos como el suyo envíen un camión de la basura a vaciarlos. Luego es fácil, cuando la basura desborda el contenedor, echar la culpa al autocaravanista. Tampoco se la echan, ni les estorban, los turismos y furgonetas que van con sus mesas, sillas, neveras y demás y las montan detrás de los coches y dejan papeles en el suelo.
La culpa de eso también la pagamos los autocaravanistas que comemos dentro -cuando no lo hacemos en un restaurante- y no dejamos un triste residuo en la calle.
Me duele especialmente esta crítica gratuita porque precisamente la semana que viene comienzo mis vacaciones y Ourense era mi destino. Pensaba pasarme diez días ahí, con un presupuesto de 1.500 euros para dos personas. Ahora y gracias a su incompetencia, me voy a buscar un nuevo destino. Donde gastar el dinero sobra, señor alcalde.
Mejor haría usted teniendo una visión un poco amplia de hacia donde crece el turismo y adaptando su ayuntamiento hacia ello, en vez de descalificar gratuitamente a quien lo único que hace es ir a gastar su dinero a los comercios de su zona, que no solo los restaurantes tienen derecho a comer; también el resto del comercio que usted desprecia hablando mal de quienes gastan allí su dinero.
He vivido muchos años en Ourense. Conozco muy bien la ciudad y soy un enamorado de la zona. Lástima que usted les represente como alcalde de la ciudad.