La pandemia aceleró la apertura de las nuevas instalaciones de Afaor

Fina Ulloa
fina Ulloa OURENSE / LA VOZ

OURENSE CIUDAD

Afaor retomó sus talleres de memoria y estimulación cognitiva en la nueva sede
Afaor retomó sus talleres de memoria y estimulación cognitiva en la nueva sede MIGUEL VILLAR

El centro de día especializado en Alzhéimer tendrá que esperar al 2022

06 sep 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

La pérdida de contactos y rutinas habituales entre las personas con enfermedades neurodegenerativas, como es el caso del alzhéimer, suele provocar un avance en el deterioro de su capacidad cognitiva. Se nota, por ejemplo, tras un simple ingreso hospitalario de pocos días; así que era esperable que en la sede de Afaor, cuando reabrieron tras el cierre obligado por la pandemia, echaran de menos a muchos de los usuarios habituales de sus servicios. «Llegamos a perder en torno al 60 % de los que acudían. Muchos avanzaron tanto en la enfermedad que ya están recibiendo atención con otro tipo de recursos sociosanitarios», explica Miguel Lázaro, coordinador de programas de esta entidad que se ocupa de la atención a personas con esa patología y de dar apoyo a sus familias y cuidadores.

Del resto de los usuarios habituales antes de que el covid llegase, poco a poco, han ido regresando casi todos. La reincorporación, eso sí, ha sido paulatina desde que el pasado noviembre se abrieran los locales para recuperar los servicios de atención presencial. A ellos se han sumado muchas caras nuevas «quizá porque también la pandemia ha generado más agotamiento en las familias que hasta ahora no venían, pero sienten que en este momento sí necesitan nuestra ayuda», opina Miguel Lázaro. El 40 % de las personas atendidas actualmente en Afaor son nuevas incorporaciones.

Durante los tres primeros meses de cierre, la entidad centró sus esfuerzos en seguir manteniendo el contacto con las familias. «Fue el momento más duro. No solo porque estábamos cerrados nosotros, sino porque todos estábamos incomunicados. Por eso mantuvimos la atención social y el apoyo psicológico. Psicóloga y trabajadora social se mantenían en contacto a través de llamadas telefónicas», cuenta el coordinador.

En ese momento, uno de los temas que más preocupaba a las familias era el puramente sanitario. La pandemia obligó a cambiar los hábitos de forma más estricta en los hogares con personas con patologías degenerativas. «Estaba claro que tenías que estar ahí para escucharles y ayudar en la medida de lo posible. Imagínate una persona que tiene su trabajo y a alguien con alzhéimer a su cargo y, de pronto, cuando cerramos, se queda sin un recuso que le facilitaba esa conciliación de los cuidados con sus otras obligaciones. Había que buscarles algún tipo de servicio para paliar esa situación y es lo que hicimos, moviendo tanto recursos públicos como privados», explica Miguel Lázaro.

Tras unos meses de incorporación paulatina de servicios, fundamentalmente a distancia, en noviembre del 2020 Afaor logró recuperar un ritmo de funcionamiento aceptable gracias a la reapertura de sus propias instalaciones. Fue, dicen, el mejor momento para estrenar la sede de la calle Chano Piñeiro. Aprovechando el parón de la pandemia habían acelerado el traslado desde los anteriores locales en las calles Nosa Señora da Saínza y Bonhome. «La nueva sede es un espacio mucho más amplio, lo que nos permitió abrir más salas con grupos burbuja más pequeños», explican.

Los nuevos locales ocupan 800 metros cuadrados. La mitad de ellos se reparten entre los programas y servicios de la entidad: talleres de estimulación cognitiva, apoyo social y psicológico, ayudas técnicas, servicios administrativos... Los otros 400 metros cuadrados están destinados al centro de día; un servicio que aún no está en funcionamiento y que acogerá a 30 usuarios; aunque por su capacidad podría atender a 40.

«No abrimos por decisión propia. Nos parece mejor esperar a que se estabilice un poco la situación sanitaria», matiza el coordinador. El plan, si la pandemia remite definitivamente, es comenzar a funcionar a principios del 2022. Teniendo en cuenta que el centro estará especializado en alzhéimer, y las exigencias en cuanto a ratios de personal que eso supone, esa apertura conllevará la contratación de siete gerocultores, además de otro tipo de personal técnico.

Los reparos por el vaivén de contagios retrasan algunas actividades

Habitualmente Afaor tiene en nómina a entre 13 y 14 trabajadores, de los que uno o dos están vinculados a contratos temporales que se establecen a través de planes de cooperación con otras entidades, tanto públicas como privadas. Pero la pandemia tuvo también su impacto en la plantilla. El 85% se acogió al ERTE que se planteó a mediados de marzo del 2020. En julio de ese mismo año comenzaron a reincorporarse paulatinamente a sus puestos, aunque la mayoría de la atención a usuarios en esa primera fase se realizaba a través de llamadas telefónicas y otros medios telemáticos.

Fue necesario organizar una reestructuración del trabajo para poder atender lo mejor posible a los usuarios y sus familias teniendo en cuenta el inconveniente de hacerlo a distancia.

En el programa de estimulación cognitiva que llevan a cabo en colaboración con varios concellos, por ejemplo, se optó por habilitar canales de videoconferencias o enviar ejercicios adaptados a casa de los usuarios.

Poco a poco también se fueron retomando, en grupos reducidos, las actividades de talleres de memoria que se desarrollaban en colaboración con el Concello de Ourense en locales públicos como el centro social de Colón o en el de A Cuña. Pero otras actividades de este tipo que se desarrollaban en distintos municipios ourensanos, en colaboración con ayuntamientos o con empresas como la cooperativa Viña Costeira de O Ribeiro, irán poniéndose en marcha según fijen esas entidades. Los continuos vaivenes en las olas de contagios están generando ciertos reparos a la hora de decidir retomar la actividad, tanto por parte de esos colaboradores como de los propios usuarios.