Abren dos brechas en la cabeza a un menor de Ourense con un puño americano

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Imagen de una de las heridas producidas por un puño americano en una agresión a un menor
Imagen de una de las heridas producidas por un puño americano en una agresión a un menor cedida

El incidente ocurrió en la noche del sábado al domingo y tuvo un segundo capítulo cuando conocidos del agredido se cruzaron de nuevo con los presuntos autores del incidente

24 ago 2021 . Actualizado a las 11:42 h.

Una herida inciso contusa provocada por una agresión con un puño americano en la zona parietal izquierda de unos cinco centímetros y otra, de tres centímetros, en el lado opuesto de la cabeza. Así entraba un joven ourensano de 16 años al Complexo Hospitalario Universitario de Ourense (CHUO) tras ser trasladado en ambulancia desde la plaza del Trigo de la capital ourensana en la noche del sábado al domingo. Salió del servicio de Urgencias del hospital ourensano con siete grapas para unir ambos desgarros y la recomendación de estar atento a cualquier signo de alarma por si pueden surgir otro tipo de daños que no se hayan percibido durante la exploración médica.

Los hechos que llevaron al chico al hospital ocurrieron sobre las tres y media de la madrugada del domingo, cuando estaba con otros cinco amigos en esa céntrica plaza del casco histórico de la ciudad. Según narra en la denuncia que presentó ante la Policía Nacional horas después, acompañado de su madre, uno de sus compañeros se dirigió a un hombre que pasaba por la zona y «esa persona se puso alterado y se fue del lugar». Pero no tardó en regresar, acompañado de un grupo «de unos 10 hombres de unos 20 años y además iba con ellos una chica». Ya entonces se percató de que podía haber problemas, porque uno de esos hombres llevaba un puño americano de color negro y otros portaban botellas.

El menor cuenta que, de pronto, recibió dos golpes en la parte de atrás de su cabeza y al volverse vio al que llevaba el puño americano y notó que empezaba a sangrar, mientras su agresor se dirigió a otro de sus amigos y también lo agredió antes de intentarlo con el resto; aunque sin éxito. Según su versión de los hechos, los presuntos agresores abandonaron inmediatamente el lugar, poco antes de que llegase la ambulancia.
Pero esa fue solo la primera parte de un incidente que tuvo continuidad en la misma noche. Un primo del agredido, que estaba en una calle cercana con su propio grupo de amigos, recibió la llamada de una integrante de la pandilla del menor, para contarle lo que les había ocurrido, y salieron hacia el lugar de la agresión.

Por el camino, mientras iban hablando del puño americano (según cuentan en la denuncia que también presentaron horas después ante la Policía Nacional), se encontraron con tres chicos y uno de ellos al oír su conversación se sacó la mano derecha de la cintura del pantalón y les mostró «un puño americano de color negro, el cual tenía unas letras de color claro». Uno de los compañeros sacó el móvil para grabarlo, pero el supuesto agresor salió corriendo.

Lo persiguieron durante un recorrido por varias calles de la zona de ocio mientras, según cuenta el primo del menor, iban pidiendo a la gente que les ayudasen a cogerlo porque llevaba un puño americano con el que había agredido a su familiar. En un momento dado, se percataron de que los seguían un grupo de unas quince personas. Pensaron que iban a ayudarles, pero cuando el presunto agresor se paró, esos que iban detrás empezaron a increpar al que iba grabando. «Le dijeron que eso de grabar con el teléfono móvil era de rata», señala en su denuncia el primo del menor, que cuenta que esos quince perseguidores se abalanzaron sobre su compañero del móvil «dándole golpes por todo el cuerpo» y rompiéndole el teléfono en varios trozos, por lo que «quedó inservible».

Aunque esa grabación que estaban haciendo del presunto agresor del menor no ha podido aportarse a la denuncia, la Policía Nacional ya está trabajando en el caso para localizar a los presuntos agresores y cuenta con varias pistas. Entre ellas, hay fotos realizadas durante el primer incidente y también declaraciones en la que se identifica al presunto portador del puño como alguien de complexión delgada y de 1,80 de estatura, aproximadamente. También hay datos sobre la ropa que llevaban varios de los participantes en las agresiones, a los que se les calcula una edad de entre 20 y 25 años.

Los padres del menor confían en que las pistas lleven a una rápida detención de los culpables. «Esa gente por la calle es un peligro. ¿Quién sale de noche a divertirse con un puño americano?», se preguntan.