Los archivos, único rastro para seguir la pista de los antiguos orfebres de Ourense

Pablo Varela Varela
pablo varela OURENSE / LA VOZ

OURENSE CIUDAD

Ángel Domínguez, profesor de Historia del Arte del campus de Ourense
Ángel Domínguez, profesor de Historia del Arte del campus de Ourense BRAIS LOUREDA

Ángel Domínguez, profesor de Historia del Arte en el campus de As Burgas, lleva casi una década investigando el legado de los maestros de la platería

11 ago 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

El relato histórico de la trayectoria, casi anónima, de los antiguos plateros de la provincia, sale de las estanterías tras un trabajo de investigación ejecutado por Ángel Domínguez, bibliotecario del Seminario Mayor de Ourense y profesor asociado de Historia del Arte en el campus. El docente inició las pesquisas hace ya una década, buceando de archivo en archivo, y los primeros resultados han visto la luz ahora, tras defender una tesis doctoral que obtuvo una distinción cum-laude del tribunal que lo evaluó.

«En Galicia no hay ningún trabajo sobre esta temática que abarque un territorio en concreto. Mi tutora, Yolanda Barriocanal, me hizo énfasis en que era algo pionero porque en otras diócesis de España sí está algo más trabajado, pero aquí no tanto», explica Domínguez.

Su estudio abarca un período de 150 años, comprendido entre mediados del siglo dieciséis y finales del diecisiete, y que reveló la existencia de cerca de un centenar y medio de profesionales de la orfebrería en distintas villas de la provincia. «El foco principal de actividad era en lo que ahora es Ourense ciudad. Tras ella estaba Verín, que era el segundo centro productivo más importante. Y además, también había especialistas en localidades como Allariz, Ribadavia y Castro Caldelas», apunta. Muchos de ellos, sin embargo, no pasaron de una condición de meros oficiales y eso dificultó que se constatase sus contrataciones, a lo que se sumó, además, el frecuente anonimato artístico.

La mayoría de los encargos de la Diócesis de Ourense los sacaron adelante maestros como Domingo Brais, Antonio de Cervela, Rodrigo González o Bernardino de Velasco, que dejaron tras de sí una importante producción, «con piezas de calidad exquisita, a juzgar por los ejemplares que han llegado a nuestros días». Domínguez catalogó alrededor de doscientas piezas, lo que orientó su tesis hacia dos líneas de trabajo: una, el análisis de la orfebrería de la época; y, por otro lado, el listado de todo lo hallado, que se fundamentó en sus indagaciones en el Archivo Histórico Provincial, el Archivo Municipal situado en el centro cívico de A Cuña y el Archivo Histórico Diocesano de Ourense. «El resultado final fue una sorpresa, porque partíamos de una supuesta escasez de piezas para estudiar, pero se identificaron un montón», concluye Domínguez.

Las desigualdades del gremio

El profesor del campus, oriundo de Toén, trabajó con libros de cuentas y protocolos notariales que desvelaron las brechas sociales que existían entre los orfebres, porque no todos llevaban una vida holgada. «Algunos gozaban de una buena posición económica que les permitió vivir desahogadamente y controlando un buen capital, pero otros sufrieron continuos apuros, terminando sus días incluso en la pobreza, según autentifican sus partidas de defunción», detalla Domínguez.

Además, no se pudo constatar casos de mujeres que estuviesen al frente de algún taller. «A lo sumo, aparecen en algunos contextos desempeñando el papel de fiadoras de sus esposos al contratar obra», apunta el investigador ourensano.