Adrián Ríos y Saleta Nóvoa acaban de poner en marcha Can de Palleiro, una tapería en la que prima la calidad y el buen ambiente
07 jul 2021 . Actualizado a las 05:00 h.Adrián Ríos se declara camarero vocacional. «Me encanta tratar con la gente», admite. Estudió en la Escuela de Vilamarín y, en alguna ocasión probó a trabajar en otros sectores, pero siempre acaba regresando al mundo de la hostelería. Saleta Nóvoa es una enamorada de los bares y del ambiente familiar que se respira en la zona de vinos ourensana, de la buena comida y de la buena compañía. Por eso, aunque empezó en publicidad y ahora llevaba años trabajando como peluquera, siempre soñó con tener su propio bar. De la unión de estos dos ourensanos, que son equipo profesional pero también amoroso, nace Can de Palleiro. Se trata de la nueva tapería que ya puede visitarse en el casco histórico de la capital ourensana, en la rúa Lepanto, donde hasta ahora estaba O Cogumelo. La oportunidad surgió de casualidad. «El antiguo dueño, Rafa, es muy amigo mío. Me dijo que se iba y me propuso quedarme el local, en el que trabajé junto a él hace años», explica Adrián. Lo habló con Saleta y decidieron embarcarse juntos en la aventura. Can de Palleiro es un proyecto muy personal, en el que esta pareja ourensana se ha implicado por completo para cuidar cada mínimo detalle. Con una estética renovada, en tonos pastel y luces cálidas, en el local también cambia la carta. «Queremos ofrecer los mejores ingredientes y una elaboración que fusione la tradición con toques más vanguardistas», explica Saleta. Con productos ecológicos y de kilómetro cero preparan cada tapa, como su brioche de cerdo mechado, cocinado a baja temperatura con cerveza 1906 negra y panela, acompañado de pepinillos y de una barbacoa de miel. Todo es hecho en casa, incluidas las salsas y, pronto, también incluso los encurtidos. «Apostamos por ofrecer la máxima calidad y por eso queremos tener una carta pequeña, con opciones para veganos, que se irá incrementando con los platos y sugerencias de temporada», relata Adrián.
No faltarán las propuestas de cócteles hechos con las frutas del momento; ni los vermús; ni las noches de reír y brindar. «Queremos que nuestros clientes se sientan como en su casa, que vengan a disfrutar con libertad y que nos traten con total confianza», apunta Saleta. Entusiasmo y emoción se cuelan por los poros de esta pareja al sentir que su Can de Palleiro empieza a ladrar en Ourense. Y nunca mejor dicho, porque el logo del bar es su perra Tara, ataviada como la clásica mujer rural gallega. «Estamos muy felices y con ganas de ver mucha alegría en nuestras mesas», termina la ourensana. Así será.