El superviviente del crimen de Velle ratifica ante el juez en Ourense que su primo los atacó al grito de «os voy a matar»

Marta Vázquez Fernández
Marta Vázquez OURENSE

OURENSE CIUDAD

MIGUEL VILLAR

Álvaro explicó que el agresor llamó a su puerta de madrugada y que no desconfió porque tenían buena relación. Su novia, de 22 años, murió en el ataque

15 jun 2021 . Actualizado a las 20:24 h.

Cuatro meses después del brutal ataque que casi le cuesta la vida, Álvaro B. F., superviviente del crimen de Velle, en Ourense, acudió este martes al juzgado de instrucción 2 para contar cómo fueron aquellos horribles minutos de la madrugada del 19 de febrero, en la que fue asesinada su novia, de solo 22 años. Tranquilo, aunque todavía con secuelas por las heridas de arma blanca que sufrió en el abdomen, y por las que pasó semanas en la uci, Álvaro explicó ante el juez que él y su pareja estaban durmiendo cuando escucharon la voz de Diego R. T., vecino y primo del chico. «Abre, abre», gritó desde el otro lado de la puerta el sospechoso, sin tocar el timbre ni llamar. Este comportamiento no los alertó porque había buena relación entre ellos y pensaron que quizás había pasado algo con el coche de Álvaro, que solía quedar aparcado en el exterior de la casa, una zona con pendiente en la que alguna vez el vehículo se había ido cuesta abajo.

Fue el joven, de 25 años, quien abrió la puerta, según relató este martes en el juzgado. Nada más ver a su primo este le atacó con un cuchillo que ni siquiera le había dado tiempo a ver. No le dio opción alguna a defenderse. Al grito de «os voy a matar» hundió el arma blanca en el abdomen de Álvaro, que cayó al suelo. Antes de desvanecerse escuchó a su novia gritar al asesino: «Déjalo, que ya lo mataste».

El escalofriante relato tiene sombras a partir de ese momento. Durante algunos minutos Álvaro perdió la consciencia, pero la recuperó para llamar a su padre y pedir auxilio. Fue el progenitor quien avisó a la Policía y pidió asistencia sanitaria. El chico recuerda haber visto a su padre entrar en la casa y también que antes de desvanecerse señaló al autor del macabro crimen. «Diego, el vecino», dijo en varias ocasiones a los policías que se personaron en la vivienda de Velle y que minutos después arrestaban al sospechoso, en otra casa unifamiliar situada a pocos metros. Tenía restos de sangre en los brazos y aunque se había cambiado de ropa, Álvaro recordó ante el juez que no iba en pijama cuando los atacó. De hecho aparecieron en la vivienda prendas ensangrentadas. También se incautó el cuchillo, del que el atacante se habría deshecho tirándolo a una finca de la zona.

A su llegada al juzgado, Álvaro no quiso hacer declaraciones, si bien su abogada explicó que aún sigue pendiente de intervenciones quirúrgicas, que recibe asistencia psicológica. Aún no entiende qué llevo a Diego a atacarlos de esa manera a él y a su novia, ya que aseguró que había buena relación entre todos ellos derivada de la vecindad, y que incluso intercambiaban mensajes de wasap en algunas ocasiones, para prestarse herramientas u otros enseres. Además, el agresor había estado en la casa de las víctimas en alguna ocasión, y viceversa. 

Queda pendiente aún en este caso determinar el grado de imputabilidad del sospechoso, que padece un trastorno esquizofrénico y está en prisión desde los hechos. Serán los forenses del Imelga quienes lo examinen y dictaminen sobre esta cuestión, clave para el proceso judicial.

Mientras, Jorge Temes, el abogado que representa a la familia de la joven fallecida, Ana Balboa, insiste en pedir al juez que se haga una reconstrucción de los hechos, una prueba que por ahora no ha sido aceptada por el togado.