Más de 1.200 estudiantes de Ourense intentan cruzar la primera frontera universitaria

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Cinco sedes en el Campus y otra en el IES Cosme López de A Rúa se reparten al alumnado de la selectividad

08 jun 2021 . Actualizado a las 18:05 h.

Los nervios marcaban este martes los primeros reencuentros entre compañeros de instituto a las puertas de las seis sedes ourensanas, fijadas en el Campus de Ourense y el IES Cosme López de A Rúa, para la realización de las pruebas de acceso a la universidad (ABAU) minutos antes de que los funcionarios designados para esa tarea comenzaran a cantar sus nombres. La mayoría intercambiaba anécdotas relacionadas con los últimos días de estudio y la noche previa; para la mayoría marcada por las pocas horas de sueño. Clara Godás, Paula Mateo y María Ansia, del colegio Maristas de la capital ourensana, se mantuvieron juntas también durante los minutos sobrantes entre la charla de bienvenida y la incorporación al primer examen en el edificio jurídico empresarial. «Lo que me preocupa es conseguir nota suficiente para ocupar una de las plazas, que son pocas», señalaba Clara, aspirante a un doble grado en Salamanca. Su compañera María, sin embargo, cree que se quedará en Ourense «para hacer Magisterio de Primaria» aunque, según matiza, aún no lo tiene del todo claro. Como ellas, la mayoría de los 1.264 aspirantes ourensanos a universitarios, afrontaban el reto con esa idea fija de la nota de corte necesaria para acceder a la formación profesional que sueñan; pero no todos. Su compañera Paula, por ejemplo, acudía sólo por si en el futuro le apetecía iniciar un periplo universitario. «Yo en realidad quiero preparar las oposiciones para policía, o también me gustaría ser diseñadora», explicaba.

Otros, como Adrián Pinal y Hugo Pérez, acudían ayer a enfrentarse por segunda vez al reto de la selectividad. Tras asistir a la charla inicial y recoger las pegatinas abandonaban el edificio a la espera de las jornadas en las que se examinen de las materias que les ayudarán a subir nota para reintentar el asalto a la carrera que de verdad les gusta. «Voy a repetir las optativas que ponderan en mi caso para haber si hay suerte, porque yo quería hacer Animación de Videojuegos, que es una titulación de dos años que se puede hacer en A Coruña. La nota de corte subió al final de un 9 a un 10,8 y no la alcancé. Me metí este año en una FP de desarrollo de páginas web, pero la dejé porque no me convenció», explica Adrián. Su compañero Hugo pinchó en Matemáticas: «Suspendí y era la que ponderaba 0,2 y no alcancé el corte. Este año lo dediqué a estudiar en una academia y me saqué título de Inglés y Gallego, porque si entro me cuenta», dice.

A mediodía los nervios iniciales habían pasado a un segundo plano, y los comentarios eran mayoritariamente de satisfacción entre quienes salían de las aulas con el trámite de las dos primeras materias solventado. «La verdad es que el examen fue bastante fácil, bastante acorde a lo que esperábamos; ha ido bastante mejor de lo esperado», comentaba Marta de Urbano Seara, que compartía sensaciones con sus compañeras del colegio María Auxiliadora, Salesianos, recordando que tuvo un sueño premonitorio. «Adiviné la composición y la pregunta corta, y también el vocabulario», decía sobre la prueba de Historia. Su compañera Isabel Moure, que quiere hacer Enfermería o Fisioterapia, temía que los nervios que le restaron horas de sueño le empezasen a pasar factura en la recta final de la jornada y le impidiesen formarse en lo que quiere hacer «desde siempre; desde pequeñita».