El Concello de Ourense se despidió de los jubilados del 2020 y 2021

María Doallo Freire
María Doallo OURENSE

OURENSE CIUDAD

Julio Pascual, abrazándose con uno de sus compañeros
Julio Pascual, abrazándose con uno de sus compañeros MIGUEL VILLAR

Más de una treintena de profesionales recibieron la insignia de Santa Rita, patrona de los funcionarios, como reconocimiento a su trabajo

25 may 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

«Ahora lo más importante es levantarse cada mañana y disfrutar del día. No hay otra responsabilidad y eso me hace sentir libre. Todo el tiempo es mío». Lo dice Manuel Vázquez Ferreira, sargento de bomberos en el Parque Municipal de Ourense durante 38 años. Él es uno de los 18 funcionarios del Concello de la capital que se jubilaron en el 2020, los mismos que lo hicieron este año. Todos ellos acaban una insignia coincidiendo con la conmemoración de santa Rita, patrona de los funcionarios, un detalle con el que el Ayuntamiento reconoce el servicio de estos profesionales, que en esta ocasión reunió a los jubilados de las dos últimas promociones, ya que el covid impidió el homenaje en el 2020.

MIGUEL VILLAR

El acto remató con una foto en las escaleras que suben a la iglesia de Santa María Nai, en una de las esquinas de la Praza Maior. Allí una veintena de ourensanos -dieciséis jubilados no acudieron a la cita- sonreían por debajo de sus mascarillas, orgullosos y satisfechos del trabajo realizado. Algunos no eran capaces de disimular la emoción, que se traducía en ojos brillantes y un poco empañados. Es el caso de Julio Pascual, que después de 43 años en febrero dejó su mesa en el departamento de Informática del Concello de Ourense. «Me voy muy contento y satisfecho con el trabajo realizado y, aunque no lo añoro, sé que voy a extrañar a la gente», admite. Ese tiempo que antes ocupaba la oficina, ahora lo dedica a cuidar de la casa del pueblo, en Paderne de Allariz, y también al golf. «Y no tengo nietos pero sé que llegarán algún día, aunque no tiene que ser muy pronto todavía», bromea.

El bombero Manuel Vázquez Ferreira
El bombero Manuel Vázquez Ferreira MIGUEL VILLAR

El bombero Manuel Vázquez Ferreira deja atrás rescates en el río Miño, incendios y otras tantas inundaciones. Hay un recuerdo que se va con él. «La muerte de nuestro compañero José Blanco mientras intentábamos apagar el fuego en el garaje del edificio Viacambre, en 1996. Eso fue lo más duro de mi carrera y sé que nunca lo voy a olvidar», dice este bombero ourensano que se retira dejando atrás un panorama que considera «precario». «En estos casi cuarenta años conseguimos mejorar muchísimo el servicio, pero ahora está en una situación de precariedad total, sin apenas medios», apunta. Ahora quiere dedicarse a viajar en moto, su gran pasión: «Acabo de llegar de recorrer Portugal, de Chaves a Faro, sin prisas, parando cuándo, dónde y cómo yo quería. Fue una maravilla». También ha dado la vuelta a Europa en moto. Ya no hay nada que lo bajé de ella, eso sí, sigue diciendo que cada vez que escucha la sirena le entra «un gusanillo en el estómago». «Y tengo que saber qué pasó», termina.

El ourensano Eladio González
El ourensano Eladio González MIGUEL VILLAR

También se jubiló Eladio González, natural de Castro de Beiro, que fue durante 37 años conserje en el Pabellón de Os Remedios: «He tenido muy buenos compañeros y jefes así que me voy muy feliz». Dice que tiene menos tiempo libre que cuando trabajaba. «No doy hecho, de verdad. Pero es algo que me gusta mucho porque soy una persona muy inquieta, no puedo tener ni un minuto libre si no, me agobio, así que me paso la vida enredando, especialmente en la finca», concluye.

Adriano Amorín, Celso Fernández, Óscar García, Carmen González, Francisco Pereiro, Julio Pérez, Genaro Puga, María Isabel Rodríguez, Antonio Seara, Óscar Fariñas, Valentín Aser, Ricardo González, Eladio González, María del Carmen Mosquera, José Jesús Nieto, José Rodríguez y Jaime Rodríguez Martínez completan el grupo de los profesionales que se despidieron este lunes para empezar «a vivir con tiempo», como dice Ferreira.