Lamentable. «Que infunde tristeza y horror», dice la RAE. Y no puede venir más a cuento con lo que sucede en la corporación de Ourense. Han pasado dos años. Solo dos. Pero el solar que están dejando unos y otros en el Concello ourensano va a ser pura ruina. Mucho me temo que no habrá tiritas para recomponer todo lo que se está destrozando en la vida municipal. Y en la credibilidad de la institución, que va más camino de abrir páginas en El Mundo Today, esa página satírica que ridiculiza la actualidad, que de medios serios. Cuando creíamos que no se podía superar el surrealismo de contar con tres concejales de 27 como gobierno, lo han vuelto a hacer. La oposición ha vuelto a quedar en evidencia demostrando que su papel es igual de cuestionable que el de un alcalde que empezó el mandato con trece ediles a su lado en el gobierno y solo le quedan dos. Pues bien, los tres concejales díscolos que le quedaban a DO han decidido irse al grupo de no adscritos, donde ya estaba otro de los críticos. ¿Por qué lo han hecho ahora? Ni idea. Seguro que por la ciudad no es y tendrá más que ver con sus luchas intestinas. Y Ciudadanos también se ha apuntado al show. Uno de sus dos concejales ha abandonado al barco y ha dejado más solo que la una a José Araújo que, por cosas de la vida, se ha unido a Jácome en denunciar el transfuguismo. Curioso. Tanto como que PP y PSOE, los dos partidos con más votos en las últimas municipales, hayan sido incapaces de lograr un acuerdo de ciudad. Ahora, los unos andan colocando misteriosas vallas publicitarias y los otros mareando la perdiz con si vuelven al gobierno. Lamentable.