El ourensano Pablo Fagilde prueba suerte por segunda vez en «First Dates»

María Doallo Freire
María Doallo OURENSE

OURENSE CIUDAD

Cedida

Aunque no triunfó el amor, el hostelero sacó cosas buenas de su paso por el programa de Cuatro

06 may 2021 . Actualizado a las 15:50 h.

En Ourense, a Pablo Fagilde (1982) todos le llaman Bletxo, pero para participar en First Dates prefirió optar por su nombre de pila. Lo hizo esta semana y por segunda vez. Su primera visita al restaurante de citas a ciegas fue en el 2016. «Fue una experiencia muy divertida y en ella conocí a una chica con la que todavía hoy tengo relación», dice. Entre ellos no surgió más que una bonita amistad, pero sí que se diría que el programa que emite Cuatro fue el responsable de que Pablo encontrase el amor. «A los pocos días de salir en televisión vino por mi bar una chica que me reconoció. Empezamos a bromear y acabé estando con ella casi cuatro años», relata. Coincidió que a los pocos meses de dejarlo le contactaron del programa para decirle que necesitaban participantes y que si estaría dispuesto a repetir experiencia. «No lo dudé porque me pareció el momento adecuado. No creo que el amor verdadero surja en una cena, pero sí que conocer gente es la forma de encontrarlo», dice.

En esta ocasión la cosa no cuajó. En su vídeo de presentación, Pablo tiró de humor y un poquito de chulería y se describió como un hombre «edición limitada». Su compañera para cenar fue una pontevedresa de 36 años, Carla, profesional de la medicina natural que se catalogó a sí misma como una «bruja gallega». «No teníamos absolutamente nada en común y eso hizo que no lo pasásemos ni bien. Creo que el programa se equivocó porque no encajábamos», admite. Ella extrovertida, lanzada y apolítica. Él cauto, tranquilo y de izquierdas. Se volvió a Ourense con el corazón entero pero, tal y como afirma, «dispuestísimo a encontrar el amor» que podría llegar en cualquier momento. Pablo es el propietario del Chiripa, uno de los bares nocturnos favoritos de los ourensanos, que ahora con la pandemia arranca en la sesión vermú y cierra cuando manden las restricciones. Allí tiene la puerta abierta, «por si pasase lo mismo que la primera vez que fui a First Dates».