Fento do Vento son joyas que guardan la naturaleza de Ourense en su interior

María Doallo Freire
María Doallo OURENSE

OURENSE CIUDAD

miguel villar

La ourensana Nerea Figueiras realiza joyería a partir de las flores que recoge en Regoalde y Cambre

08 abr 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

La ourensana Nerea Figueiras cree que su conexión con la naturaleza le viene desde niña. «A mis padres les encanta, siempre se han preocupado por transmitirme la importancia de cuidar y valorar el medio que nos rodea», dice. De hecho estudió Biología y a ello se dedicaba hasta que llegó la cuarentena. Al tener que frenar por la pandemia, Nerea se dio cuenta de que tenía un sueño por cumplir: poner en marcha Fento do Vento. Es su proyecto de joyería, en el que aúna artesanía y rural. «No me quería quedar con las ganas de intentarlo. Ya había prensado hojas y flores otras veces, pero durante el confinamiento me puse a experimentar, a hacer muchas más pruebas, hasta conseguir lo que quería», admite. El resultado son joyas hechas a partir de plantas que ella misma recoge en Regoalde, la pequeña aldea ourensana en la que se crio. Algunas otras las coge en Cambre, donde vive actualmente. Recubriéndolas de una resina especial que no pesa y que consigue que se conserven para siempre, realiza sus pequeños complementos. Hace pendientes, collares, cordones para colgar las mascarillas o las gafas, broches e incluso adornos para el pelo. Todo a partir de girasoles, azaleas, rosas, toxos... dependiendo de la temporada. «La principal son los fentos porque desde niña me han llamado mucho la atención. Parece simple pero tiene una frondosidad que representa a Galicia a la perfección, además me encanta recogerlos en familia», dice.

Ahora está trabajando en una nueva forma de conservación en 3D. «Mantiene la forma exacta de la flor», cuenta. Muchos se ponen en contacto con Nerea para hacerle encargos verdaderamente especiales: «He llegado a recibir flores de un ramo de novia y rosas de centros fúnebres». Porque sus joyas son capaces de congelar la naturaleza pero también de mantener intacto un recuerdo para toda la vida. Y de acercar Galicia a los que están lejos: «Recibo muchos pedidos de gallegos que están fuera y que quieren llevar un trocito de su tierra con ellos».