El ajuste afecta al 30 % del personal de la sede de Ourense y de las tiendas
25 mar 2021 . Actualizado a las 19:46 h.La historia reciente de Adolfo Domínguez, la compañía ourensana que fue pionera en cotizar en bolsa en España en el sector de la moda, se escribe a golpe de expediente de regulación de empleo. La firma acaba de anunciar a los representantes de los empleados que abrirá un proceso de negociación para ajustar la plantilla y reducir 300 puestos de trabajo, lo que supone el 30 % de la plantilla que la firma tiene en toda España.
El ERE anunciado por Adolfo Domínguez será el cuarto en los últimos diez años tras iniciar en el 2012 una etapa de reducción de empleos que vivirá ahora su momento más duro. La compañía ourensana justificó la medida por la necesidad de «adaptarse a la nueva realidad digital del sector y volver a la rentabilidad». El impacto del covid-19 en el mundo de la moda, con cierres temporales de tiendas por todo el mundo, no ha hecho más que a empeorar la delicada situación financiera de Adolfo Domínguez. Según los datos facilitados por la firma de autor, las pérdidas se mantienen constantes desde hace diez años, con la única excepción del ejercicio 2015-2016 ,en el que se produjo una venta de activos extraordinarios en Madrid y Barcelona. En el último ejercicio contable, ya bajo el impacto de la pandemia, la firma acumuló 8,3 millones de euros en pérdidas.
A la espera de que se concrete la propuesta de ajuste de plantilla, la compañía asegura que los despidos afectarán de forma homogénea a los trabajadores de su sede central en Ourense y a la red comercial repartida por todo el territorio nacional. En este sentido, fuentes sindicales consultadas apuntan a que la cifra de bajas en la fábrica ourensana rondaría el centenar de personas. Actualmente, en la factoría de San Cibrao das Viñas hay unos 350 empleados. Desde Adolfo Domínguez se ha comunicado que durante todo el proceso estará asesorada por el despacho de abogados Sagardoy, mientras que la consultora Deloitte es la asesora principal en la elaboración de los informes técnicos y financieros de este plan de ajuste.
Las negociaciones con los sindicatos para tratar de buscar un acuerdo comenzaron este jueves, aunque es probable que hasta después de Semana Santa no quede constituida la comisión de negociación del expediente de regulación de empleo. «O acordo cada vez complícase máis, porque si cada tres anos estás cun ERE a confianza vaise perdendo», señala Justo Suárez, responsable comarcal de Industria en Comisiones Obreras, sindicato mayoritario en el comité de empresa de Adolfo Domínguez.
Tampoco ayuda a generar el mejor clima de negociación el hecho de que en torno al 15 % de la plantilla de la sede central en Ourense todavía se encuentre en un ERTE debido a la crisis provocada por el impacto del covid-19.
Pendiente de un posible acuerdo que rebaje esa cifra inicial de despidos, el ERE anunciado por Adolfo Domínguez superaría con creces los realizados en los últimos diez años. Hasta el momento, el que afectó a un mayor número de trabajadores fue el aprobado en el 2015, con un total de 105 despidos. Todos trabajaban en la sede ourensana.
La compañía afronta este difícil momento apenas un año después de que Adolfo Domínguez diera el relevo definitivo al frente de la empresa a su hija Adriana Domínguez, que es la actual presidenta ejecutiva, y que desde el 2017 ya ocupaba el puesto de consejera delegada.
El impulso digital
Uno de los argumentos que ha puesto encima de la mesa la firma ourensana tiene que ver con el nuevo escenario del comercio digital. Una de cada cinco ventas, aseguran, ya procede de la tienda online. «Ha sido la principal palanca de crecimiento de Adolfo Domínguez desde el año 2016 con un aumento de sus ventas del 158 % entre el 2016 y el 2019», explica la compañía en un comunicado.
A pesar del planeado ajuste de plantilla, la empresa asegura que su intención es mantener la red de tiendas en España y apostar por poner en marcha medidas específicas para su optimización y conexión con el mundo digital. En el último año, Adolfo Domínguez facturó 115 millones de euros, con 348 puntos de venta en 18 países.