Fallece el artista ourensano José Manuel Vidal Souto

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Vidal Souto, en su estudio en Osebe, en Leiro, en una imagen del 2012
Vidal Souto, en su estudio en Osebe, en Leiro, en una imagen del 2012 Santi M. Amil

El autor, heredero de los Artistiñas, murió a los 72 años en su Ourense natal

27 mar 2021 . Actualizado a las 11:48 h.

«No existe artista más completo, paradigmático, polifacético y comprometido que Vidal Souto». Así lo describía la pintora Tareixa Taboada en La Voz hace tan solo unos meses, cuando escribía un perfil crítico del ourensano. Ese pintor que pincelaba entre el arte abstracto y el figurativo, para acabar realizando también escultura y plasmando cualquier paisaje, falleció este jueves en su Ourense natal. Tenía 72 años, habría cumplido 73 el próximo 6 de abril. Llevaba muchos pintando desde el corazón del rural, en un estudio situado en la pequeña aldea de Osebe, en Leiro, retirado del mundo y respirando el arte en la naturaleza.

Autodidacta y sucesor del grupo os Artistiñas del que fue origen Vicente Risco. Creador heredero de Prego de Oliver, Xaime Quessada o José Luis de Dios. Fue compañero y coetáneo, entre otros, de Alexandro y Antón Lamazares. Con los dos compartió su visión y pasión por el arte. «Es, sin duda, uno de los mejores amigos que me ha dado esta profesión. Nos conocimos siendo apenas adolescentes, empezamos juntos a pintar», recuerda Alexandro, visiblemente afectado por la pérdida, todavía perplejo, y lleno de dolor. Ourense pierde al creador vivaz que comenzó su andadura artística en los años 60. «Su pintura viva, efervescente y profunda, con impacto emocional y expresivo de un alma fáustica», continuaba Tareixa Taboada en su análisis del autor ourensano. 

Las exposiciones de Vidal Souto se sucedieron en distintas ciudades de España y de fuera de ella. La primera, en 1970, en el Museo Arqueolóxico ourensano. «Allí estábamos los dos», recuerda Alexandro. De Ourense se trasladó a Madrid y luego comenzó a viajar con frecuencia a Brasil. En el estado de Pernambuco se aproximó a la pintura testimonial. En Salvador de Bahía experimentó con la xilografía. Aunque su temática siempre estuvo centrada en el estudio del hombre en la naturaleza. Nunca dejó de formarse y de experimentar profesionalmente. 

«Era un tipo extraño porque, como buen artista, vivía ausente, alejado del mundo real. No tenía ni teléfono móvil», dice Alexandro. «Pero era una persona noble, siempre dedicado y pensando en crear. Uno de los mejores pintores contemporáneos de Galicia», termina.

Se marcha el autor, el artista inagotable, pero su obra sigue viva, latente en numerosos espacios del Ourense que le vio crecer y consagrarse. Algunos de sus cuadros pueden verse hoy en el Museo Municipal, como parte de la colección Os nosos fondos. Otros los atesora su hermana, Maricarmen Vidal Souto, en la Galería Visol.

Tareixa Taboada decía en su perfil que Vidal Souto tenía siete vidas de gato. En la primera fue un reconocido artista que, con su marcha deja huérfana una parte pictórica contemporánea de la ciudad de As Burgas. Quedan seis.