«El código QR es como si no estuviera puesto»

Rubén Nóvoa Pérez
rubén nóvoa OURENSE / LA VOZ

OURENSE CIUDAD

Miguel Villar

El sistema de registro es obligario desde el viernes para los hosteleros, pero no para los clientes

13 mar 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Con una semana de moratoria, pero los locales de hostelería de Galicia tienen que tener visible en la entrada del establecimiento el código QR para que los clientes registren, de manera voluntaria, su paso por el local y puedan ser localizados en caso de que se detecte un caso de coronavirus entre la clientela que haya visitado el local en esas mismas fechas.

La moratoria le ha venido bien al sector. Un simple paseo por las cafeterías y restaurantes de la ciudad de Ourense sirve para comprobar que la inmensa mayoría de los locales cuentan con el cartel bien visible a la entrada de sus locales. Es tan difícil encontrar un establecimiento sin el código QR como complicado es ver a algún cliente utilizándolo. Esa primera sensación la confirman los hosteleros consultados. «Nosotros lo tenemos operativo desde el primer día que reabrimos, pero la verdad es que es como si no lo tuviéramos porque no lo utilizan los clientes. Por lo que nos cuentan otros compañeros es algo generalizado», explica Héctor Emilio Falivenna, camarero del restaurante Habana 83 de la ciudad.

Asegura que los únicos que se han registrado en el código QR de su local, visible tanto en la entrada exterior como en el acceso al comedor, son algunos de los empleados. ¿Al menos la gente pregunta por cómo funciona el sistema? «Nada, ni miran para él».

El panel con el código para que los clientes se registren también incluye información sobre el nivel de restricciones vigentes -en el caso de la ciudad de Ourense se sitúa en el 30 % en el interior y el 50 % en el exterior- y de la capacidad del local original y en las circunstancias actuales.

En el caso de este restaurante ubicado en el centro de Ourense también cuentan con códigos QR para ofrecer la carta a sus clientes. Ese sistema si cuenta con una mayor aceptación, por lo que entienden que no se trata de una cuestión de tecnología.

Más allá del registro voluntario de los clientes, las preocupaciones del sector hostelero apuntan claramente hacia otro lado y pasan por un aumento en los horarios de apertura y aforos.