El sector agroalimentario y la pizarra amortiguan la caída en la exportación

Rubén Nóvoa Pérez
rubén nóvoa OURENSE / LA VOZ

OURENSE CIUDAD

MIGUEL VILLAR

El cierre de tiendas en todo el mundo lastraron al textil, que cayó un 37 %

20 feb 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

En un año tan marcado por la pandemia y su impacto a nivel mundial, las exportaciones de las empresas ourensanas han sufrido un claro retroceso. La tendencia al alza de los últimos años se vio frenada en seco por el covid-19 y las restricciones de movilidad y consumo que se han extendido, en diferentes fases, por los cinco continentes. En el caso de las empresas ourensanas, el ejercicio se cerró con ventas por valor de 769 millones de euros. Es casi un 12 % menos que el año anterior, cuando se había alcanzado la cifra más alta de la historia con operaciones por 884 millones. Este retroceso se fraguó, especialmente, en los seis primeros meses del año pasado, cuando el confinamiento estricto fue norma habitual en mercados tan importantes para las empresas ourensanas como Portugal, Reino Unido o Alemania.

En este contexto de descenso generalizado de las exportaciones hay dos sectores que se han convertido en la excepción y que han servido para amortiguar la caída en los datos generales. Se trata del agroalimentario y el de la pizarra, que son dos ejes fundamentales para la industria ourensana en su relación con el exterior. Así, la venta de alimentos relacionados con el campo ha logrado crecer un 1,4 % durante el último ejercicio pese a la pandemia. Su cifra total de negocio más allá de nuestras fronteras fue de 150 millones de euros.

La pizarra también logró moverse en términos positivos con ventas por importe de 195 millones de euros. Es un 2 % más que en el 2019, cifra que le sirve para consolidarse como el principal motor exportador de Ourense.

En ambos sectores no solo las ventas se han mantenido en el exterior, sino que el empleo también ha mostrado un buen comportamiento. En el caso de la industria alimentaria la provincia lograba un récord en la última década con 6.200 trabajadores ocupados en este sector, mientras que la pizarra también lograba mantener su volumen de trabajadores, pese a los ERTE de la primera ola del covid-19.

Todos los demás sectores se han movido en términos negativos. El que más caído ha sido el de los bienes de consumo, cuyas ventas retrocedieron hasta los 108 millones (-33,8 %). Ahí se ha notado especialmente la pérdida de impulso en el sector textil ourensano, con tiendas cerradas no solo a nivel nacional, sino repartidas por todo el mundo. Según los datos aportados por el Gobierno central, a través del análisis del comercio exterior español elaborado a partir de los datos que suministra el departamento de Aduanas de la AEAT, la venta de confección femenina por las principales marcas ourensanas ha caído un 37 % con respecto al 2019. De hecho, cerró el ejercicio con ventas por valor de 36,2 millones. En el caso de los complementos, como es el caso de los bolsos, la facturación se desplomó en un 41 %.

También se movieron en negativo las ventas de bebidas, con el vino como principal referente con un descenso del 8 %, y de los productos industriales y tecnológicos (-9 %).

En el 2020, la importación de empresas ourensanas se situó en 481 millones de euros, lo que deja una balanza comercial en términos positivos con un saldo de 287 millones.

Ocho de cada diez euros que se venden fuera se quedan en Europa

A pesar de que cada vez más las empresas ourensanas tratan de ampliar el abanico de países en los que exportar, lo cierto es que ocho de cada diez euros que se venden fuera de nuestras fronteras se quedan en el mercado europeo. Tres países son los principales responsables de esta clara tendencia: Portugal (22,7 %), Francia (20,6 %) y Reino Unido (13,5 %) acapararon más de las mitad de las exportaciones realizadas por firmas ourensanas en los doce meses del 2020, un año marcado por la pandemia. Para encontrar un país fuera del contexto europeo que tenga cierto peso en el global de la venta en el exterior hay que viajar hasta México, que supuso en el 2020 el 3,7 % del total. Le sigue muy de cerca Estados Unidos, con el 2,5 %, y con una tendencia muy acentuada a la baja debido a la subida en los aranceles fijada por el gobierno de Trump y que, por el momento, no será revocada por el nuevo inquilino de la Casa Blanca Joe Biden. Las ventas en suelo norteamericano cayeron un 23,7 %.

El contexto internacional tampoco ayuda en uno de los países donde más exporta la provincia de Ourense, que es Reino Unido tras la implantación del brexit. En este 2020, las ventas bajaron un 9 % y los sectores más activos en ese mercado temen que la cifra siga en descenso en los próximos años.

Rectoral de Amandi

«Es una alegría ver cómo salen adelante proyectos en países como Togo»

El vino es uno de los principales motores de la exportación ourensana. No llega a los volúmenes de otros sectores, pero su crecimiento es importante en los últimos años gracias al trabajo de empresas como Bodegas Gallegas. La firma ourensana ha dado, en plena pandemia, un paso más en su presencia en mercados que a simple vista puede parecer que se quedan fuera del radar vitivinícola. Es el caso de Togo, donde ya se consume la marca enseña del grupo, Rectoral de Amandi. «Si bien es cierto que ya teníamos presencia con algunas marcas en el continente africano, como puede ser en Ghana o Nigeria, siempre es una satisfacción ver como salen adelante proyectos en países que no están entre los principales consumidores de vino. Es una muestra de que se hacen las cosas bien. Esperamos que este primer envío forme parte de muchos otros con el mismo destino», explican desde Bodegas Gallegas.

Rectoral de Amandi hace ya tiempo que traspasa fronteras. Sus principales mercados son Suiza, Alemania, Estados Unidos, México o Venezuela. Ahora Togo entra en esa lista de los principales países internacionales. Desde Bodegas Gallegas recuerdan que esta marca, y las otras del grupo, se consumen en alrededor de cincuenta países por todo el mundo.

¿Cómo ha sido la experiencia de exportar en medio de una pandemia mundial? El equipo de exportación de Bodegas Gallegas asegura: «Hay un cambio muy significativo por el impedimento para poder viajar y las dificultades que implica comunicarse digitalmente con mercados en diferentes zonas horarias o en los que incluso es complicado establecer una conexión por Internet». Pese a ello, el grupo ourensano confía en el potencial de sus productos de cara al futuro, ya que la exportación es una parte importante de su volumen de negocio. «Seguimos conservando una actitud de esperanza para este año. Somos conscientes de que habrá meses necesarios para la recuperación y que todavía no hemos dejado atrás la pandemia. Sin embargo, nos hemos adaptado a los nuevos canales de comunicación digitales, tanto para contactar con nuestros clientes como para la venta directa al consumidor final. Ese es el camino para salvar los obstáculos que la distancia social nos ha dejado», concluyen. 

Santi M. Amil

Aceites Abril

«Hicimos una labor titánica para crecer un 30 % pese a la pandemia»

«Un año sin ferias para nosotros siempre es complicado. Solíamos ir a unas diez citas internacionales y la única que se mantuvo fue la de Dubái, un mercado, el de Oriente Medio, en el que hemos crecido». Así resume Elena Pérez Canal, directora de márketing de Aceites Abril, cuál ha sido el impacto de la pandemia para esta compañía ourensana. Y es que el mercado exterior se ha convertido en uno de los pilares de crecimiento de la firma agroalimentaria con sede en el polígono de San Cibrao das Viñas. El 2020 ha sido un año en el que han tenido que buscar nuevas formas de comunicarse con sus clientes. «En un contexto de fronteras cerradas hemos tenido que innovar y buscar otros canales, como las ferias virtuales y software facilitado por el ICEX para concertar entrevistas en línea», señala Elena Pérez Canal.

Pese a las dificultades para moverse y conectar con los clientes, Aceites Abril cerró el año marcado por la pandemia con un incremento del 30 % en el mercado exterior por el tirón de la alimentación y a pesar del bajón del canal Horeca, que de forma gradual ha visto como iba cerrando en los cinco continentes en función del avance del covid. «Hicimos una labor titánica para fidelizar y buscar nuevos clientes y así pudimos crecer en un 30 %. La pandemia afectó a todos los mercados, pero en diferente tiempo. Al principio los mayores problemas los tuvimos con China, pero por ejemplo en verano las dificultades llegaron en Latinoamérica», señala la responsable de márketing de Aceites Abril.

Y es que los principales mercados de Aceites Abril, además de Portugal que es en donde más venden en el exterior, son Estados Unidos, México, China, Chile y Emiratos Árabes. En China es uno de los mercados donde han tenido más dificultades, y no solo por el avance del covid-19. «Hubo mucha tensión en la cadena de transporte, porque el problema que tenemos en el mercado chino es que no hay disposición de equipos marítimos, de contenedores, y el tráfico no fluye hacia Europa. Eso provoca un incremento de los costes», explica.

De cara al 2021, Aceites Abril espera que se restablezca el calendario de ferias, que es una herramienta fundamental para la compañía. También se muestran optimistas con el mercado americano tras la salida de Trump. «Esperamos que el nuevo inquilino de la Casa Blanca solucione la crisis de los aranceles», concluye.

 

LOLITA VAZQUEZ

Clúster da Pizarra de Galicia

«Exportamos el 95 % de lo que producimos»

La pizarra es uno de esos sectores, al estar muy vinculado a la construcción, que ha sobrevivido sin casi impacto en la cuenta de resultados la pandemia. Otra cosa es que no hayan sufrido durante el 2020 otro tipo de inconvenientes. Víctor Cobo, presidente del Clúster da Pizarra de Galicia, hace especial hincapié en el parón de mes y medio provocado por los ERTE y en los costes económicos para adecuar los protocolos de seguridad y salud al escenario marcado por el covid-19. «El impacto económico ha sido importante por tener que extremar las medidas de seguridad, lo que ha repercutido en los costes de producción», señala.

En lo que se refiere a la exportación, se tuvieron que suprimir las visitas de importadores al sector y tampoco los empresarios de la comarca de Valdeorras han podido promocionar sus productos en los países consumidores. Pese a todo se mantiene el volumen de ventas y de empleo, con 2.400 trabajadores directos. En lo que se refiere a países, en el 2020 tuvieron un buen comportamiento Alemania (incremento del 14 % en toneladas y del 18 % en euros en los once primeros meses del año) y Bélgica (4 % en toneladas y 6 % en facturación). «Hay que destacar también los incrementos en países menos tradicionales en la exportación como puede ser el caso de Estados Unidos y Portugal», explica.

De cara al futuro, Víctor Cobo se muestra optimista con el avance de la pizarra valdeorresa en el exterior: «Las perspectivas son halagüeñas. Cuanto menos esperamos superar los datos del año anterior en cuanto a exportaciones se refiere. Estamos hablando de un sector que exporta el 95 % de lo que producimos. Además, esperamos que el mercado nacional incremente su consumo con respecto al año anterior, lo que contribuirá a que nuestros objetivos se cumplan y se mejoren o igualen los resultados del 2020».

El sector es consciente de que la pandemia sigue vigente y el presidente del Clúster da Pizarra de Galicia cree que será fundamental una buena evolución para lograr los objetivos. «Estamos convencidos de que habrá nuevas oportunidades para un producto inigualable», concluye.