Las horas más oscuras del pequeño comercio de Ourense llegan a partir de las seis

Rubén Nóvoa Pérez
rubén nóvoa OURENSE / LA VOZ

OURENSE CIUDAD

Santi M. Amil

El efecto de las rebajas de enero se desinfla por el cierre anticipado de la hostelería

23 ene 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

El contraste de locales abiertos y cerrados en la última hora de la tarde se ha convertido en una de las imágenes más características de la tercera ola de la pandemia en la ciudad de Ourense. En calles como la céntrica Santo Domingo se observa mucho mejor que en otras. A partir de las seis de la tarde, cuando los bares se ven obligados a bajar las persiana por las restricciones del covid, el flujo de viandantes por esta calle semipeatonal se reduce de manera drástica. El grifo de clientes de los locales de hostelería del parque de San Lázaro y de la zona histórica se cierra y, eso se deja sentir también en los negocios del pequeño comercio. «Se nota mucho a última hora de la tarde. Las calles de Ourense se quedan casi vacías», explica Susana Ocampo, propietaria de Maricastaña, un negocio de moda en la calle Santo Domingo.

La presidenta de la Federación de Comercio de Ourense, Beatriz Gómez, indicó: «A las seis de la tarde la ciudad se apaga. El cierre tan temprano de la hostelería se nota mucho, porque es un incentivo a salir a la calle. Además, con el volumen de contagios que tenemos actualmente, el consumidor tiene mucho miedo y nosotros nos vemos en una situación muy delicada».

En este escenario, el sector del comercio sigue tirando de los ERTE para tratar de evitar el cierre de negocios que, según los vaticinios que maneja la Federación de Comercio de Ourense, llegarán más pronto que tarde. «Es alarmante el volumen de negocios que va a cerrar o va a despedir a personal. En Galicia, las previsiones apuntan a uno de cada cuatro. Lo que está claro es que no hay suficiente volumen de trabajo para todo el personal. En el comercio se nota mucho el hecho de que no haya ceremonias ni celebraciones. También tenemos que pensar que en Ourense hay casi 4.000 personas en ERTE cobrando menos y sin margen para ir de compras», indica Beatriz Gómez.

El cierre perimetral al que se ha visto sometida de nuevo la ciudad de Ourense, sumado al adelanto en la hora de clausura de toda la hostelería que se ha fijado para las seis de la tarde, no son más que otras dos piedras en el camino del pequeño comercio ourensano, que sufre las consecuencias económicas de la pandemia de manera directa, a pesar de que se han mantenido abiertos sin más restricciones que las del aforo. Esta situación provoca que muchos locales hayan reajustado o readaptado sus horarios al nuevo escenario y, en muchos casos, la persiana de los locales se adelanta a las ocho de la tarde debido al poco trasiego de viandantes. En el caso del centro comercial Ponte Vella, que estiraba su horario hasta las 22.00 horas, llevan ya meses con el cierre fijado en las 21.00 horas.

El escenario actual hace que la campaña de rebajas se dé por perdida en el sector y se apunte ya directamente a la primavera. «Solo nos queda esperar a que la vacunación vaya a más y a que el Gobierno lance ayudas directas para los hosteleros, porque de lo contrario el futuro que nos espera por delante será muy oscuro», señaló la presidenta de la Federación de Comercio de Ourense.

Apoyo de los economistas

Para echar una mano a los autónomos que se han visto afectados económicamente por la pandemia, entre los que se encuentran los comerciantes, el Colegio de Economistas de Ourense ha establecido, a través de un acuerdo con el Ayuntamiento de Ourense, un servicio para asesorar de manera gratuita a ciudadanos, autónomos y pymes. Entre las consultas que pueden plantearse están las relativas a la información y tramitación de los ERTE o la justificación de subvenciones como la del bono del alquiler social.

Santi M. Amil

«Es un palo muy grande. Si la gente no sale a la calle, no puedes esperar que compre»

El pequeño comercio ve como la tradicional cuesta de enero se ha vuelto este año más empinada que nunca. Susana Ocampo, de la tienda Maricastaña en la comercial calle Santo Domingo, explica que «entre el frío, la lluvia y las restricciones la cosa no pinta nada bien. Las Navidades fue una época bastante buena, pero desde que empezaron las rebajas y llegaron las restricciones, ha sido un palo muy grande. Si la gente no sale a la calle, no puedes esperar que compre»,

Santi M. Amil

A escasos metros, en Bang! Tattoo & Fun Store la percepción que tiene Silvia Fernández es muy similar a la del resto del sector: «Se nota la falta de gente a última hora de la tarde. Es una época importante para el comercio, pero la situación no nos ayuda nada. Las Navidades, para nosotros, fueron muy bien y es una pena que ahora haya este mes. Enero ya no es un gran mes, pero en esta ocasión el bajón ha sido muy fuerte».