La directiva de Ramón Dacosta resalta el apoyo de socios y patrocinadores
03 ene 2021 . Actualizado a las 05:00 h.«Que mil personas se abonen en una temporada marcada por una pandemia, sin tener idea de cuándo podrán ver a su equipo, es la mejor muestra de que tenemos una afición que nos quiere y que apoya nuestro proyecto». Estas palabras definen la reflexión de Ramón Dacosta y su directiva, a la hora de evaluar el paso por el ecuador de la complicada campaña 20/21.
Sabido es que el dirigente ourensanista, como muchos de sus compañeros de junta y colaboradores, ha sido cocinero antes que fraile y también se encontró con directivas que no cumplían sus compromisos: «Queríamos ser consecuentes con la situación que estamos viviendo todos. Partimos de un presupuesto que ya contemplaba un 30 % menos de gastos y trabajamos mucho con carnés de 40 euros, con los de 75 a sabiendas de que empezamos con 75 espectadores o 150 después, antes de llegar por fin a los 1.000. Solo podemos estar agradecidos a los socios y también a los principales patrocinadores, que han vuelto a creer en nuestra forma de trabajar».
Dacosta también incide en el trabajo exhaustivo de quienes están dando el callo en el club, contactando de modo personal con cada persona que había prestado su apoyo en años anteriores y aclarando con qué cantidades podían renovar su ayuda: «Creo que con esa forma de trabajar nos hemos ganado una credibilidad y un respeto, porque todos han visto que fuimos consecuentes con una situación en la que no podíamos despilfarrar el dinero. Somos un grupo de personas que coincidimos en el mundo del fútbol y como simples vecinos en la misma ciudad. Teníamos un compromiso con nuestra propia forma de ver el deporte y con una afición a la que también quisimos darle las máximas facilidades posibles. Fuimos casi pioneros en la venta on line y también nos movimos para ofrecer los partidos a los aficionados que no podían venir al campo».
En ese sentido, el calado del club en la población ourensana también se dejó sentir con un incremento notable en las ventas de camisetas y el resto de la mercadotecnia del club, destacando sobre manera la apuesta por la nueva equipación amarilla y la vinculación con los colores del reino suevo.
La llegada al nuevo campo de Vilar de Astrés era otro paso de gigante para una entidad en la cual la apuesta por la cantera no es una simple pose, sino una seña de identidad, como expone Ramón: «De la cantera siempre se habla mucho, aunque la mayoría de los clubes recurre a ella cuando no tiene más remedio. Desde que arrancamos en la última categoría provincial, tuvimos claro que debían tener cabida los jugadores ourensanos con ambición por jugar al fútbol. Ahora vemos equipos de Preferente que nos tocan a jóvenes por los que apostamos y no han podido disfrutar de demasiados minutos».
Minutos de calidad para generaciones de promesas nacidas del año 2000 en adelante
La directiva de la UD Ourense y los cuerpos técnicos de sus diversos niveles son consecuentes -e incluso valientes- con una línea de trabajo a medio y largo plazo, lo que transmite el propio Dacosta: «La pandemia nos animó a reforzar una idea de fútbol que ya teníamos en mente. Algunos nos dijeron que estábamos locos hace apenas unos meses por quedarnos con dos porteros jóvenes como Dani Sampayo y Borja Atanes. Antes fuimos a buscar a Carlos a Xinzo y también nos mojamos con Migui, el chico de O Carballiño, que tiene un gran futuro y hasta han debutado juveniles como Álvaro Villarino y Litos».
No son solo declaraciones, porque los números también cantan. Los citados Dani (2001) y Atanes (2000) se reparten los minutos en la portería. Del mismo año 2000 son Tiago Rodríguez, Raúl Melo y Manu Blanco, mientras que son sénior de primer año (2001) Nico Rodríguez y Migui.
En el seno del club se sienten orgullosos por palabras como las del meta Dani Sampayo, tras debutar en la Tercera División, preguntado por si había estado nervioso: «No, me sentí emocionado, porque no pensé que debutaría tan pronto en esta categoría con el equipo de mi ciudad».