«Ni siquiera tuvimos tiempo de llorar la desaparición del CD Ourense»

OURENSE CIUDAD

AGOSTIÑO IGLESIAS

Eladio y Bea Pérez se brindaron a trabajar en la estructura del nuevo club de O Couto

22 nov 2020 . Actualizado a las 23:25 h.

Los pobladores de la mítica grada de Preferencia del estadio de O Couto conocen bien a Eladio Pérez. Socio del Club Deportivo Ourense desde los inicios de la década de los ochenta y también personaje indispensable para entender el movimiento de cataclismo que provocó la desaparición del club rojillo y la fundación de su heredera, la Unión Deportiva Ourense. Hoy convive en la directiva de la emergente entidad deportiva con su hija, Beatriz, incorporada en la última asamblea.

«En cuanto cumplí los 18 años me hice el primer carné. Era un ambiente muy bonito y pronto me aficioné a no perderme ni un partido. Hasta comencé a viajar con equipo para animarlo fuera de casa», matiza Eladio, a la vez que se agolpan en su memoria imágenes de aquellas épocas: «Recuerdo una promoción contra el Mallorca B, remontando tres goles en un campo embarrado, porque se había roto un grifo y se había inundado. Jugadores como Nolis, que entregaban todo en cada partido, o el fallecido Preciados en la banda. Era un cacho de pan».

Bea sonríe a su lado. Algunas de esas historias se las sabe de memoria y otras las vivió, incluso siendo una niña: «Me hizo el carné cuando nací y pronto lo acompañé al campo. Él y mi tía eran los que más iban de la familia y aunque yo no sabía ni lo que pasaba en el campo, me gustaba el ambiente, comía pipas y gominolas y me divertía sobre todo cuando ganábamos, porque todos nos íbamos alegres». Era solo el principio, porque el deporte rey no tardó en atraparla: «Fui un poco dura de mollera con el fuera de juego y algunas faltas, pero a medida que iba entendiendo el juego me gustaba más».

Padre e hija fortalecieron desde entonces una afición que los llevó a compartir largos viajes para seguir a su equipo en la competición nacional, pero el Ourense también les dio algún que otro quebradero de cabeza, como recuerda el progenitor: «Lloré como un niño por el último descenso a Tercera, porque el club ya tenía problemas económicos y me daba la impresión de que eso ponía en peligro la supervivencia del club».

Aunque con la batuta de Luisito, el club volvió a ascender años después a la categoría de bronce, la caja ourensanista se mantuvo en precario y en el verano de 2014 se liquidó la sociedad anónima deportiva. La hija recuerda aquellos días frenéticos: «Mi padre lo pasó mal y yo también acudía con él a las reuniones de la plataforma para impedir la desaparición del club. Recuerdo que salía corriendo de la facultad, para asistir». Ambos al unísono coinciden en que fue un punto de inflexión para la afición ourensanista: «Ni siquiera tuvimos tiempo de llorar la desaparición del CD Ourense, pero pudimos saber el calado que tenía el club en toda la ciudad, por lo que tanta gente se empeñó en crear el nuevo club para mantener viva esa llama».

En el caso de Eladio, tesorero de la entidad, fue inmediata su incorporación a la nueva directiva, formada por antiguos socios del Club Deportivo: «Recuerdo quince días de locura, yo estaba de vacaciones y tuvimos reuniones casi diarias. Tocamos un montón de puertas, primero para evitar la desaparición y después para salir cuanto antes con el nuevo club».

Beatriz también recuerda que, por entonces, echaba una mano en lo que podía, pero no fue hasta la última modificación de la directiva, ya con Ramón Dacosta en la presidencia, cuando entró en la directiva: «Todos iniciamos la nueva etapa con mucha ilusión. Fue increíble ver como nos movíamos en las categorías regionales con tantos aficionados y llegar a Tercera fue algo inolvidable para todos».

«Sabíamos que sería difícil, pero no esperábamos una pandemia»

Eladio y Bea son tenaces por matiz personal y están involucrados en la batalla diaria de la UD Ourense, incluso en una campaña tan complicada como la actual. Por eso recuerdan al alimón el panorama actual del fútbol autonómico: «Sabíamos que sería difícil asentar al equipo en Tercera, pero no esperábamos una pandemia, todo es más complicado ahora». Es el más veterano el que recuerda «no sabes como pedirle a un socio que pague un abono, cuando ni siquiera sabes cuando podrá volver al campo a ver a su equipo». Los dos destacan en todo caso la evolución de un club que partió de la última categoría provincial logró volver a O Couto y hasta estrenar campo de entrenamientos en Vilar de Astrés: «Algo que no consiguió el mismo CD Ourense».

QUIÉNES SON

El padre. Eladio Pérez Pérez nació en 1961, en A Mezquita, en el término municipal de A Merca. Siempre ha sido un luchador y ya suma más de tres décadas como agente de la ONCE. Desde los 18 años fue socio del CD Ourense y se convirtió en integrante de la primera directiva de la UD Ourense.

La hija. Beatriz Pérez Conde (Ourense, 1992) fue socia del desaparecido Club Deportivo desde la cuna. De eso se encargó su padre. Se licenció en Derecho y trabaja como administrativa en el Registro de la Propiedad, pero el fútbol se convirtió en su pasatiempo ideal de cada domingo. Desde la última asamblea es la secretaria en la directiva ourensanista.