La frialdad de un conductor tras un choque mortal: «Solo se preocupaba de los daños en su coche»

Marta Vázquez Fernández
Marta Vázquez OURENSE

OURENSE CIUDAD

Santi M. Amil

Varios testigos vieron al acusado mover de la calzada los restos de la víctima, un motorista policía local en Vigo, que habían quedado esparcidos por la calzada

18 nov 2020 . Actualizado a las 11:39 h.

Tras haber sufrido un ictus, una operación de cadera y otra de muñeca que le provocaban importantes problemas de movilidad, Manuel P. Á., de 67 años, seguía cogiendo el coche con frecuencia. Por razones que no han quedado claras un psicotécnico le renovó el permiso de conducir durante diez años tras haber tenido el problema vascular, y a pesar de que las intervenciones quirúrgicas a las que fue sometido posteriormente limitaron aún más sus condiciones físicas, seguía conduciendo. Lo hizo el 18 de agosto del 2018 para desplazarse desde la localidad leonesa de Cacabelos hasta Monforte, pero antes de llegar a su destino se vio involucrado en un gravísimo accidente de circulación por el que ahora podría tener que afrontar un duro reproche penal. Y es que se sospecha que tras haber circulado invadiendo el carril contrario durante varios tramos de la N-120, terminó colisionando frontalmente contra un motorista que circulaba correctamente por su vía, y que murió en el acto debido al brutal impacto. 

La víctima, un policía local de Vigo de 57 años, había salido a primera hora de la mañana de la ciudad olívica con otros tres compañeros. Se dirigían a los Picos de Europa, pero nunca llegaron. A la altura del término municipal de Larouco, en el kilómetro 472 de la carretera, se toparon de frente con el conductor del todoterreno Mercedes que se iba metiendo en su trayectoria. "Le hice un gesto para que girase, pero no lo hizo", relató en el juicio que este martes se celebró en el juzgado de lo penal dos de Ourense uno de los amigos de Manuel, la víctima. Con él no chocó por unos metros pero sí lo hizo con su compañero, que iba el tercero en la fila. Enseguida sintió el impacto y minutos después observó la fría reacción del conductor: "Cogió el bastón y empezó a apartar de la calzada restos de plástico y también del cuerpo, como si le estorbasen", afirmó, describiendo una conducta despreocupada que también vio perfectamente otro de los compañeros moteros. "Estaba a su bola, quitaba los trozos del vehículo de la calzada, para moverlos, y lo mismo le daba si eran plásticos que trozos de carne", aseguró.

Testigo de excepción de la colisión fue el conductor de un tráiler que circulaba tras las tres motos, ya que la cuarta esperaba al momento adecuado para adelantarlo.