Javier Vizoso: «La ficción es una forma de música»

Xesús Fraga
xesús fraga REDACCIÓN / LA VOZ

OURENSE CIUDAD

Vizoso compagina la escritura con su trabajo como periodista en la Sinfónica de Galicia
Vizoso compagina la escritura con su trabajo como periodista en la Sinfónica de Galicia alberte peiteavel

El periodista y escritor publica un nuevo libro de relatos y ultima una biografía de Músorgski

19 ago 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

En paralelo a su trabajo como jefe de prensa de la Orquesta Sinfónica de Galicia, Javier Álvarez Vizoso (Ourense, 1967) ha emprendido una trayectoria como autor que abarca desde el ensayo sobre la música clásica -el longseller Instrucciones para tropezarse a Vivaldi- a la poesía y el relato. Vuelve al género con El amor a principios de siglo, una colección de doce cuentos que abordan de distintas formas un tema común, la pérdida.

-¿Cómo llegó a esas variaciones sobre la pérdida y sus efectos?

-Mi maldición es haber nacido con la extraña capacidad de ver siempre el otro lado del decorado. Y ahí están todos mis cuentos. Vivir es perder: perdemos la inocencia, la juventud, la belleza, la esperanza… Los relatos se me aparecen así, no es premeditado, no es un efecto buscado. Lo único que intento es poder abarcarlo todo y desde todos los ángulos. Necesito que las historias me dejen descansar y eso solo sucede cuando por fin las escribo.

-Hay también otros elementos, como un cierto fatalismo, y una presencia constante de lo familiar…

-Sí, hay que reconocer que no soy un cascabel de alegría. La familia nos impregna desde nuestro nacimiento y nos acompaña hasta la tumba; venimos con ella de serie y configura nuestra psique con una configuración por defecto que nos marcará de por vida. En ocasiones creo que la familia es causa y a la vez solución de todos los problemas de la vida.

-Pero no renuncia al humor, incluso al humor negro. ¿Qué papel le atribuye en lo que escribe?

-Sin el humor estos relatos, como la vida misma, serían totalmente indigestos.

-A la vez, en el libro se exploran las posibilidades narrativas del cuento. ¿Qué significa el género para usted?

-Espero que no suene místico, pero los personajes y los relatos me vienen prácticamente dados. Se me aparece una historia en la cabeza y paso días, semanas, meses y hasta años con ella. Me acompaña a todas partes y la veo crecer y transformarse. Es agotador. Se diría que soy un espectador que intenta escuchar la historia hasta sus más mínimos detalles para después transcribirla del modo más fiel posible. Pero la historia, con sus efectos, sus transiciones, su punto de vista, la extensión y tal está ahí. En ocasiones me veo como un amanuense al estilo de James Boswell.

-El cuento más extenso es el que le da título al libro y también el único en el que la música está en un plano destacado. ¿Qué papel desempeña la música en su escritura, más allá de su faceta profesional como periodista, y qué puede contarnos de esos futuros proyectos de libros más estrictamente musicales?

-En el caso del protagonista del relato que da título al libro la música es algo que le sucede, es una tragedia, como una zancadilla que le ha puesto la vida, que por cierto está llena de tonterías, al igual que la propia música o cualquier otra disciplina. La ficción es, de alguna manera, una forma de música: como ya he dicho yo me paso el día escuchando las historias que hay en mi cabeza. En octubre entrego el manuscrito final de La pasión y la agonía de Modest Músorgski, una biografía más o menos literaria sobre el compositor ruso que editará Calanda Ediciones. Me gusta Músorgski, un personaje más literario que musical cuya música no vende grandeza, ni buenos sentimientos, ni lleva mensaje alguno de paz, amor, superación y todas esas tonterías. Entre tantas historias de superación personal y consagración artística a la que nos tiene acostumbrados la historia, Músorgski es un personaje ciertamente incómodo y su música es para mí una especie de isla.