«Las imágenes del accidente no se me van a olvidar en la vida»

sara pérez / m. s. REDACCIÓN / LA VOZ

OURENSE CIUDAD

Siete años después, La Voz hace el recorrido del tren que descarriló en Angrois

25 jul 2020 . Actualizado a las 17:49 h.

Pasan cinco minutos de las siete menos cuarto del 24 de julio. Una hora normal en un día normal que no tendría absolutamente ninguna importancia si no fuese por tratarse de eso, de ser la hora en la que comenzó todo en el peor día de Galicia. El calor aprieta en Ourense, como de costumbre. Chelo camina nerviosa por el andén de la estación tratando de confirmar que el tren en el que se sube es el correcto. Mientras, Sara y Cristian apuran el último beso antes de pasar el control de acceso. Ante las miradas atentas de unos pocos, llega el tren. Las puertas se cierran, y con Ourense a nuestra espalda, el Alvia comienza a adaptar su velocidad.

A Andrés, gallego residente en Madrid, le gusta ir de pie en el tren. A medio camino, se escapó a la zona de la cafetería para comer un bocata. No ha caído en que se cumplen siete años del accidente en la curva de Angrois, pero sí recuerda perfectamente lo que ocurrió aquel día. «Las noticias tuvieron muchísimo impacto en todos nosotros, pero luego, pasan dos días y parece que rápidamente nos olvidamos», cuenta.

Otros, sí lo recuerdan, pero prefieren no pensar en ello. Y menos al viajar en la línea que resultó afectada aquel día. Este es el caso de Ricardo, que viene desde Madrid con su mujer y tres de sus cinco nietos. «Viajamos dos días después del accidente de Angrois. Cuando pasamos por la curva y vimos los restos que habían quedado del tren, se nos puso la piel de gallina», cuenta. Habla de los fallos que pudieron darse aquel día y de la incansable búsqueda del responsable: «Cuando muere alguien, queremos encontrar a los culpables, pero no siempre los hay».

Nos vamos acercando a la curva, y el tren comienza a frenar. Son las 20.28 horas. La mayoría de los pasajeros continúan con los ojos en el móvil, o en la película Una misión imposible que se proyecta en las pantallas del Alvia. Pero algunos giran su cabeza hacia la ventana. Ahí está.

«Estaba con los ojos cerrados y no sé por qué, de repente, pensé en el accidente». María, una madrileña que va a pasar el fin de semana a A Coruña, no tiene ni idea de qué día es, ni de la ruta por la que pasará hasta llegar a la ciudad herculina. De casualidad, su cabeza la traslada exactamente al acontecimiento del que se cumplen 7 años. Recuerda las imágenes del accidente como impactantes y muy angustiosas: «No se me va a olvidar en la vida. Ha pasado mucho tiempo y, mira, lo tengo muy presente».

A Lesli, el accidente la pilló en Perú. Allí las noticias llegaron muy rápido y lo vivieron todo con especial tristeza, pues comparten patrón, el Santiago. «Pensamos en todos los devotos que irían en ese tren y lo sentimos mucho», dice. Llegamos a Santiago sabiendo que, para todos ellos, hay vueltas atrás que ya no son posibles. Precisamente por eso, es algo que quedará ya para siempre en el recuerdo de todos.