Gol por la escuadra

Ruth Nóvoa de Manuel
Ruth Nóvoa DE REOJO

OURENSE CIUDAD

28 jun 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

El fútbol y yo no nos llevamos ni bien ni mal pero lo cierto es que llevo conviviendo con él desde que era muy pequeña. Ni me gusta, ni lo entiendo. Y me he negado muchas veces, de manera militante, a que me expliquen el fuera de juego. Pero está ahí.

La banda sonora de los domingos de mi infancia, sobre todo en el coche, apretujados cuatro en el asiento de atrás, era el carrusel. Aprendí bastante geografía española en aquella época. Algo es algo.

Cubrí muchas quinielas, leyéndole a mi padre los nombres de los equipos y esperando a que él me dijera si 1, si X o si 2. Y siempre pendiente de las dobles.

También pasé muchas tardes en el estadio de O Couto, viendo (o no) al Ourense. Entonces lo único que a mí me hacía ilusión era que mi padre me llevara con él y que pitaran el final para tirar la almohadilla al campo.

Cuando empecé a hacer prácticas en La Voz de Galicia y en Radio Voz seguía sin entender nada sobre el juego pero empecé a comprender cosas sobre el equipo, sobre el CD Ourense. Recuerdo la pasión de las tertulias que organizaba el periodista Xosé Ramón Castro en la emisora, con los siareiros. Llegaban puntuales a su cita. Decenas de veces le abrí la puerta de la redacción a Damián. O a Modesto que, muchos episodios después, llegó a ser presidente del club heredero del espíritu rojillo.

A mí, que me gusta la aldea de Asterix resistiendo en la Galia, la desaparición del Club Deportivo Ourense y el nacimiento de la UD me parecieron poéticos. E imágenes de partidos como el de Atios, hace pocos años, me resultaron inspiradoras.

Lo que me extraña es que, sabiendo yo tan poco como sé de fútbol, tuviera más idea de lo que iba a pasar en la asamblea de esta semana para analizar una posible fusión de la UD con Ourense CF que los que especularon con ese matrimonio, que podría ser de conveniencia. Algunos se sorprendieron cuando se les suponen muchos más conocimientos deportivos. Sin embargo parece que cerraron los ojos al espíritu de la entidad, que renació para valerse por sí misma, y a la rivalidad con el antiguo Puente, que va más allá del campo de juego. ¿Será esto eso que llaman gol por la escuadra? Qué se yo, que solo tiraba almohadillas al césped de O Couto siendo una niña.