A Illa inicia su ofensiva contra los bañistas con seis multas en un día

b. c. B. costa VILAGARCÍA / LA VOZ A ILLA / LA VOZ

OURENSE CIUDAD

MARTINA MISER

El Concello anuncia que intensificará su vigilancia sobre las playas

22 may 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

El efecto más común que tiene el uso de mascarilla es la sensación de ahogo que puede producir en algunas personas, pero hay otros, como la irritación de la piel de la cara. María Jesús Rolán lo comprueba día a día en su farmacia de Vilagarcía, adonde acuden muchos clientes en busca de algún remedio para esta dolencia. «Es una de las patologías asociadas al covid-19 porque, además del material de las mascarillas, el aspecto emocional también influye a nivel dérmico; yo estoy esperando a que me envíen unas antialérgicas lavables», comentaba ayer. Las farmacias están actuando en esta crisis de filtro sanitario porque en muchas ocasiones sus consejos y prescripciones evitan que el paciente acuda al médico. También están haciendo una importante labor pedagógica explicando a la ciudadanía la importancia del uso de la mascarilla y como debe usarse, pues todavía hay muchas mala praxis. Sí, la mayoría de los clientes la llevan puesta, pero no siempre se tapan la nariz y no reparan en que si la retiran hacia el cuello o la colocan en la mano puede perder su eficacia. Y como para formar hay que formarse, el personal también se ve obligado en estos tiempos a recibir formación continua de índole científica y tecnológica para afrontar los retos que plantea la pandemia, que cambian día a día.

Lo más gratificante, señala María Jesús Rolán, es que se ha recuperado el concepto de la botica de barrio, en la que todos se conocen y procuran ayudarse mutuamente. La otra cara de la moneda, se lamenta, es el coste medioambiental de esta crisis, en la que el plástico ha vuelto a ganar terreno.

Hasta el miércoles, la Policía Local de A Illa no empezó a multar por incumplir las normas que regulan el uso de las playas en la fase 1 de la desescalada, pero cuando empezó a hacerlo lo hizo con contundencia. Ese día se saldó con seis denuncias contra personas que estaban en O Carreirón y As Aceñas y en los próximos días se mantendrá una férrea vigilancia sobre los arenales, según informa el concejal Luis Arosa.

El buen tiempo ha provocado que algunas personas se lanzaran a las playas y en el Concello dicen que no están dispuestos a consentirlo. «Ata hai nada había mil mortos diarios, e a xente parece que xa se esqueceu, non hai conciencia sobre o problema que temos», reflexiona el concejal. De manera que aquel que sea sorprendido sin atenerse a las normas -esto es, bañándose, tomando el sol, haciendo deportes náuticos, paseando fuera de su término municipal y de su franja horaria- se expone a una multa que oscila entre los 600 y los 30.000 euros.

El hecho de ser uno de los concellos gallegos con más playas complica el control de la costa, pero en A Illa cuentan desde este mes con dos auxiliares de policía más, lo cual eleva el número de agentes a cinco y ello hace posible establecer turnos, también, los fines de semana.

Desde el principio del confinamiento, el Concello isleño se tomó muy en serio el hacer cumplir las restricciones de movilidad, y lo sigue haciendo. En lo que va de estado de alarma ha cursado 38 denuncias por este motivo, de las cuales ocho corresponden a zonas de playa. Entre los sancionados el miércoles había vecinos de la localidad y también personas censadas en otros municipios como Ourense.

Al otro lado del puente, en Vilanova, el control de las playas está siendo menos estricto y la policía local solo interviene en aquellos casos flagrantes en los que ven a alguien en el agua o en la tumbona.

Las policías de O Grove y Vilagarcía también están controlando los arenales. En este último concello se tramitaron dos denuncias por este motivo el pasado fin de semana.