«La gente está buscando la suerte»

María Doallo Freire
maría Doallo OURENSE / LA VOZ

OURENSE CIUDAD

Colas en la puerta de la aministración de Lotería Anta, en las Galerías Centrales
Colas en la puerta de la aministración de Lotería Anta, en las Galerías Centrales MIGUEL VILLAR

Las administraciones de lotería reabren sus puertas en la capital, generando colas y nuevos usuarios

20 may 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

El comienzo de la segunda semana de la fase 1 trajo consigo más pasos hacia la desescalada y por tanto nuevas aperturas. Es el caso de las administraciones de lotería, que desde este lunes han vuelto a abrir sus puertas, a excepción de las que se encuentren situadas dentro de centros comerciales. «La verdad es que ya necesitábamos abrir. Aunque hay una parte del colectivo, en torno al 5 % de la red, que se ha quedado fuera por la restricción en las grandes superficies», explica Jorge Anta, gerente de la administración situada en las Galerías Centrales.

Durante esta primera semana de reapertura solo será posible jugar la primitiva o el euromillón, mientras que el resto de juegos y sorteos se pondrán en marcha a partir del lunes 25. Aún así, las colas para comprar boletos superaban la media hora de espera este martes en la Administración Anta. Siempre con más de dos metros de distancia entre cada persona. «Estamos muy contentos con la responsabilidad que están demostrando los clientes y con la afluencia de estos primeros días», dice Jorge. Se enteró de que podía reabrir cuando se hizo público, el sábado por la noche, por lo que se pasó el domingo avisando a sus clientes habituales. «Enviamos más de 600 mensajes a nuestro público fijo y el lunes recibimos aquí a un montón de ellos. Muchos estaban preocupados por si les habían caducado los boletos anteriores al confinamiento y también tenían dudas sobre cuándo se iba a celebrar la lotería», añade.

Gran acogida también en la administración n.º 1 de Ourense, la situada en las Galerías Viacambre. «Contaba con que viniesen menos personas a consecuencia del miedo que genera la situación que estamos viviendo. Sin embargo cada día viene más gente, incluso clientes que no habían venido antes, así que estoy encantada», dice Inés Pérez, gerente del establecimiento. «Está claro que la gente está buscando la suerte», añade. Aunque se muestra contenta con la evolución de su negocio en estos primeros días de reapertura, para Inés la mejor decisión habría sido esperar a poder reabrir con todos los juegos activos.

Los clientes que consumen Loterías y Apuestas del Estado en Ourense ven esta nueva medida de la fase 1 con muy buenos ojos. «Creo que se trata de mantener las costumbres, algo muy importante para sentir que retomamos la normalidad», dice Juan Brasa. Lo mismo le ocurre a la ourensana Natalia Otero: «Para mí es una tradición jugar a la primitiva de vez en cuando con mi madre, y poder volver a hacerlo pues ya es un paso más».

Esos boletos compartidos en familia llegaron por casualidad un día mientras tomaban café en el Bar San Pedro, situado en la calle Celso Emilio Ferreiro, y que cuenta con el servicio de lotería desde hace más de cincuenta años. Este lunes reabría sus puertas para alegría de un gran número de vecinos de la zona. «Empezamos en el año 1960 y nunca habíamos cerrado durante tanto tiempo», explica David Iglesias, uno de los propietarios del negocio. Decidieron retrasar el momento una semana más precisamente para contar también con el servicio como administración. «Desde que empezó la desescalada la gente no paraba de preguntarnos cuándo volveríamos. El jugar la primitiva o la bonoloto es una actividad que da normalidad porque es algo que se suele hacer a diario, como comprar el pan, así que tenían muchas ganas de volver a hacerlo», explica David. Además de acompañar su juego con un café, los clientes también resuelven sus dudas en el bar ourensano. «Quieren saber cuándo se retoman los sorteos que quedaron pendientes, si pueden participar con los décimos que compraron antes del confinamiento o si tienen que cambiarlos por otros... Aquí estamos para ayudarles en todo lo que haga falta», relata el hostelero. David lo tiene claro: «Es una suerte volver y ver que los clientes nos han echado de menos, la verdad».