1925: Reivindicación ferroviaria para Galicia y reunión sobre el tramo Zamora-Ourense

La Voz OURENSE

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El proyecto Zamora-Ourense entraba por A Gudiña (en la imagen, la estación)
El proyecto Zamora-Ourense entraba por A Gudiña (en la imagen, la estación) Santi M. Amil

Hace 95 años se reclamaba que se atendieran las necesidades de la comunidad

05 abr 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Se celebraba en la ciudad una reunión sobre la construcción del ferrocarril Zamora-Ourense-Santiago y el escenario reivindicativo estaba de lo más caldeado. El alcalde de A Coruña remitía un telegrama el día 3 diciendo que no se le había convocado, lo que achacaba a un malentendido, pero que su ciudad tenía un interés prioritario en el proyecto y que habría representación coruñesa en el encuentro. En La Voz de Galicia del 5 de abril se reseñaba que «en varios automóviles salieron por la mañana con dirección a Orense, los representantes de la Universidad, Cámara de Comercio y agrícola, y Ayuntamiento para asistir a la reunión que hoy se celebrará con motivo de la construcción del ferrocarril Zamora-Orense-Santiago» y en la portada se publicaba un editorial exigiendo respuesta a las necesidades de Galicia.

En el mismo, bajo el título Más práctica y mejor orientación se ponía el foco en una cuestión clave: no era hora de discutir nuevos itinerarios ni modificar los antiguos, lo que se necesitaba era compromiso del Gobierno y lo principal, «el asunto financiero». Se recordaba que por iniciativa propia el Estado había promovido en su día el ferrocarril de la Costa, que 42 años después estaba sin concluir. El compromiso del Gobierno central incluía en total 1.348 kilómetros de líneas de tren en Galicia, entre los ferrocarriles «secundarios» -Pontevedra-Lalín por A Estrada o Sarria-Becerreá, entre otros-, «estratégicos» -A Coruña a Corcubión por Carballo, Pontevedra-Ribadavia o Santiago-Ourense, entre otros- y los «complementarios», apartado en el que destaca el de vía ancha Zamora-Ourense, por A Gudiña.

El compromiso estaba bien, pero el editorial de La Voz de Galicia era claro: «Hemos llegado al año 1925 sin tener conocimiento de obra alguna de este tipo».