«¿Es cierto lo de la rodaja de limón debajo de la lengua?»

Cándida Andaluz Corujo
c. andaluz OURENSE / LA VOZ

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Cándida Andaluz

Alumnos ourensanos se enfrentaron a la realidad que hay detrás de los datos de siniestros viales

11 feb 2020 . Actualizado a las 08:24 h.

Alumnos de 16 y 17 años descubrieron la realidad de los accidentes de tráfico. Aquella en la que está detrás el consumo irresponsable de drogas y alcohol. En el IES 12 de octubre de Ourense, el jefe provincial de la DGT, David Llorente, tuvo la oportunidad de mostrar a los jóvenes no solo datos, sino las historias y los dramas que pueden resultar de cualquier siniestro en la carretera.

«Nos interesaba traer esta charlas porque los jóvenes han mostrado en diferentes momentos inquietudes y preocupación por las drogas y de qué manera puede afectar para la conducción segura y, sobre todo, las implicaciones emocionales que un trauma de tráfico podría tener en ellos y en sus familias», señala el vicedirector del instituto, Luca Rosato. Y en ese marco, Llorente habló de casos cercanos. Por ejemplo, el de un hombre que tras una fiesta regresaba de Vigo a Ourense, donde iba a recoger su hijo. En el camino de vuelta dio positivo en drogas con su vástago en el coche. ¿Una imprudencia? Sí, aunque la había consumido un día antes. Esto, dijo el jefe provincial, pasa. Y en ese momento saltó la pregunta: «¿Es cierto lo de la rodaja de limón debajo de la lengua?», preguntó una de las presentes ante las risas del resto. «No, no», contestó Llorente Rey. No hay trucos. Ni beber mucha agua, ni masticar granos de café. Los jóvenes acabaron por enfrentarse a las pruebas de alcoholemia. Todos cero, claro. Y, además, comprobaron, gracias a unas gafas especiales, de qué manera se enfrenta el cerebro a la carretera cuando hacen efecto en él sustancias estupefacientes.

«Lo que más me llama la atención es la cantidad de gente que bebe y se toma drogas antes de coger un coche, no me parece ni lógico ni normal. Vamos, yo a un amigo le diría que no lo cogiera y que le pago el taxi, si no puede», dice Joel Villar, de 17 años. Cree, sin embargo, que su generación todavía no está tan concienciada: «Cada vez es más fácil conseguir que te vendan cualquier cosa y la gente se lo toma. Cuando ves las cosas que pasan te dan escalofríos».

De igual manera piensa la joven Alexia Moreiras, de 16 años: «Aunque la mayoría de los jóvenes estamos más concienciados, hay mucha gente que dice que con una copita no pasa nada. Creo que tendríamos que pensar no solo en nosotros sino en los demás».