«Admiro a quienes se animan a tenerlos»

OURENSE CIUDAD

MIGUEL VILLAR

«Pensé que los tendría, pero luego la propia vida te va colocando en otros caminos, y van pasando los años y no los tienes. Y no le das más vueltas», zanja Bárbara Canedo, de 46 años

23 nov 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Ni lo decidió conscientemente ni se planteó no tenerlos, pero las circunstancias de la vida fueron marcando los ritmos y a sus 46 años Bárbara Canedo Gutiérrez tiene claro que ya no le va a dar más vueltas al tema de la maternidad. «Cuando era pequeña sí imaginaba que de mayor tendría hijos, es como si el instinto maternal empezara ahí, pero en mi caso eso luego se fue perdiendo», explica esta viguesa afincada en Ourense, donde desarrolla su carrera profesional desde hace décadas. Y defiende la libertad de decidir, sin ataduras morales ni prejuicios. «Me parece respetable cualquier decisión en el tema de la maternidad, tanto de quienes quieren tener hijos, como de quienes no lo desean porque no entra en sus planes, tienen otras prioridades o, simplemente, no les gustan los niños», advierte, admitiendo que «hoy en día se critica demasiado a la ligera a quienes no quieren tenerlos y eso es injusto, porque cada uno es libre de hacer con su vida lo que quiera».

Sobrinos y ahijados

Deja claro que a ella le gustan los niños, tiene sobrinos y ahijados a los que está muy unida, pero también es consciente de que para estar con ellos se necesita mucha energía. Y bromea: «Siempre digo que me gustan mucho los pequeños, sobre todo los que se van a su casa con sus padres después de un ratito». Durante años Bárbara pasó los veranos de viaje con una oenegé, visitando orfanatos a los que llevaban alimentos, ropa y juguetes. Y le picó el gusanillo de la adopción. «Recuerdo una visita a uno en el sur de la India en el que conocí a Anand, un niño de 4 años que me dejó enamorada. A tan corta edad ya había pasado por muchas penurias. Me pasé un día entero con él y me lo quería traer conmigo, pero claro, no es tan sencillo. Le seguí la pista y me reconfortó saber que lo habían adoptado», recuerda.

«Admiro a las mujeres y hombres que hoy se deciden a traer niños al mundo y a criarlos en esta sociedad cada vez más complicada, desigual e injusta», asegura, lamentando que no haya más ayudas para la conciliación. «Conozco a muchas madres que no llegan a todo, que están desbordadas por el peso que llevan sobre sus hombros», admite, considerando necesario que se invierta en políticas familiares y de coparentalidad efectivas.