Elena Ampudia: «La torre Hercón sí fue un acierto en términos de las necesidades de los 70»

Mila Méndez Otero
mila méndez A CORUÑA / LA VOZ

OURENSE CIUDAD

CESAR QUIAN

La decana del Colexio de Arquitectos de Galicia asegura que «los planes generales actuales no permiten alturas como la planteada en Ourense»

19 nov 2019 . Actualizado a las 14:22 h.

La elucubración del alcalde de Ourense, Gonzalo Pérez Jácome, no ha pasado desapercibida entre los encargados de diseñar el urbanismo de nuestras ciudades. La decana del Colexio de Arquitectos de Galicia, Elena Ampudia (Andorra, 1973) urge a devolver el foco de la atención a lo prioritarios: cuidar lo que ya tenemos.

-¿Tienen sentido hoy en día los grandes rascacielos en las ciudades gallegas?

-No tienen sentido alguno. Ourense es una ciudad que no tiene una escala suficiente como para integrar en su malla urbana un edificio con esa tipología arquitectónica. Menos, sin un debate previo y en profundidad.

-A Coruña fue una ciudad pionera. Como la Hercón, el edificio más alto de Galicia, la mayoría de las torres se levantaron en los setenta. ¿Fueron un acierto?

-Las necesidades que existían en los años setenta eran muy diferentes a las actuales. El país aún vivía una migración constante del campo a las ciudades, el desarrollo económico era muy diferente, los planes generales permitían la edificación en altura y la tasa de crecimiento de la población era positiva. La planificación urbana y la arquitectura dan respuesta a las necesidades que plantean el territorio, la economía y las expectativas de crecimiento en un contexto determinado. Analizada en esos términos, la torre Hercón sí fue un acierto. Respecto a la integración en la malla urbana de este tipo de edificaciones, el resultado podría haber sido mejor. Hay que verlo caso por caso.

-¿Permiten los planes urbanísticos de las urbes gallegas levantar edificios de esta altura?

-En general, no permiten levantar edificios de la altura de la torre Hercón, mucho menos, la altura planteada en Ourense [en la ciudad todavía no han aprobado su plan general]. En A Coruña, por ejemplo, el PXOM, como regla general, limita la altura a ocho plantas. Depende de la norma zonal y la calle del solar. En casos particulares, en los suelos pendientes de desarrollo, si está permitida una altura mayor. Tendrá que estar justificada.

-¿Qué aportan los rascacielos? -Uno de los pros de la edificación en altura es que permite que se libere suelo y, con ello, se generen espacios destinados a la relación de las personas. Como punto negativo, al tener un gran número de viviendas, el usuario tiende a hacerse anónimo. En Galicia, sin embargo, vivimos en ciudades más densas, en cuanto a ocupación de suelo.

-¿Son más sostenibles y compactas las ciudades que crecen en alto?

-La eficiencia de una ciudad depende de su planificación, ya sea en altura o no. Su desarrollo debe responder a las necesidades existentes. En el caso de China, sí que se plantean el desarrollo en altura para poder absorber la previsión de crecimiento que tienen a medio y corto plazo. Lo de que sean más compactas o no, vuelve a depender de la planificación, puedes planificar en un sentido u otro. Pienso que es mucho más urgente hablar en Galicia de la regeneración de los cascos históricos más deteriorados. En el COAG trabajamos en las áreas Rexurbe, zonas de rehabilitación planteadas por la Xunta. Es más importante eso que competir con el resto del mundo por tener el edificio más alto.

-¿Impacto visual y eficiencia pueden ir de la mano?

-La referencia son los objetivos de sostenibilidad de Naciones Unidas. La planificación debe ser eficiente minimizando el impacto visual. Lo mas sostenible y eficiente para nuestras ciudades hoy día es rehabilitar el parque de viviendas existentes, sobre todo, desde el punto de vista de la eficiencia energética: renovando fachadas, aislamientos, carpinterías o con sistemas de generación de calefacción y agua caliente sanitaria. Lo mismo con la accesibilidad, instalando ascensores o adaptado baños y cocinas para usuarios mayores. Con esto conseguiremos ciudades más habitables, sin buscar una expansión hacia la periferia que deja vacíos los centros urbanos.