El Clube de Lectura Ágora se creó en la Biblioteca Nodal de Ourense en el 2013
18 oct 2019 . Actualizado a las 19:55 h.Les une leer. Las ganas de compartir sus percepciones sobre las distintas lecturas. Y la ambición de abrirse a nuevas historias y a nuevos personajes, a libros diferentes que quizás, si no fuese por el club, no leerían. Estas fueron las motivaciones que provocaron la creación del Club de Lectura Ágora, en la Biblioteca Pública de Ourense en septiembre del 2013. Desde entonces han pasado seis años y 102 libros por las manos de Tomás, Lola, Elena, Patri, Raquel, Ana, Teresa, Dina, Isabel, Nina, Elena, Marisol, Áurea o María, entre otros. Por la sala del club, los viernes alternos a las 18.30 horas, han pasado numerosos lectores fervientes de compartir su pasión. El mecanismo es el siguiente: a principio de curso se elabora una lista de libros en torno a las propuestas de cada uno de los participante; en cada reunión se reparte un título y a los quince días, en la siguiente sesión, se comenta, se desgrana, se critica o se ensalza, dependiendo de quien sea la boca a la que le toca opinar. «Me acuerdo mucho de Sandor Marai o de La cena de Herman Koch», dice Elena, que durante varios años coordinó el club. «A mí me aportan siempre criterios novedosos. Me sorprendió gratamente Lolita de Nabokov», añade Raquel. La constancia ha influido mucho en que lleguemos hasta aquí», apunta Teresa. La otra Elena descubrió los relatos cortos gracias a Ágora: «Ahora los sé apreciar, fue un gran descubrimiento Manual para mujeres de la limpieza de Lucia Berlin».
En estos seis años, son muchos los rostros que han pasado por el club. Tanto como miembros, ya que cada año alguno tiene que salir por no poder compaginar los horarios y en contrapartida otros se suman al equipo; como como visitantes, ya que a su mesa se han sentado escritores gallegos como Juan Tallón o Xavier Quiroga para comentar con los propios lectores, sus últimas creaciones literarias. Estas actividades «extraescolares», tal y como ellos mismos las llaman, son una de las iniciativas que más valoran los miembros de Ágora y a las que acusan de ser la causa de la longevidad del club. «Precisamente a raíz de quedar para leer, comenzamos a compartir también otras aficiones. Así nos juntamos para ir al cine o al teatro o directamente para tomar un café a cualquier horas», cuenta Patri, y todos asienten con la cabeza. «Somos un grupo moi heteroxéneo e moi afín», dice Dina. Pero sobre todo: «Fomentamos la lectura pero también las relaciones humanas y el debate», termina Patri.