Admite que apuñaló a un amigo, pero alega que fue un accidente

m. v. OURENSE / LA VOZ

OURENSE CIUDAD

Santi M. Amil

La madre del acusado, también imputada por no auxiliar al herido y tratar de borrar las huellas del crimen

04 oct 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Quedaron para consumir alcohol y drogas, pero las cosas entre ellos se enturbiaron tanto que a pesar de que eran íntimos amigos, uno terminó en el hospital tras haber sido apuñalado por el otro mientras su madre estaba presente. Por aquel incidente, ocurrido en la madrugada del 20 de octubre del 2018 en el rellano del primer piso de una vivienda de la calle Vicente Risco de la capital, se han sentado este jueves en el banquillo de los acusados de la Audiencia provincial de Ourense Daniel S. P. y su madre, María del Carmen P. R. Al más joven le imputa la Fiscalía de Ourense un delito de homicidio en grado de tentativa por el que reclama cinco años de prisión. La progenitora, por su parte, está imputada en un delito de omisión del deber de socorro, por el que podría ser condenada al pago de una multa.

Dado que el propio acusado reconoció ante el tribunal que había apuñalado a su amigo, el debate se centró en si aquel acto fue con intención, como sospecha la acusación pública, o accidental, como mantiene la defensa en línea con el testimonio de Daniel, quien aseguró que «no quería hacerle daño» y que antes de esa agresión la víctima lo había atacado a él, provocando un corte en el cuello que, según dijo, «por poco me mata». A preguntas del fiscal Julián Pardinas el acusado relató que el día de los hechos quedó con su amigo en A Ponte, donde tomaron coñac, y luego se trasladaron a Covadonga, donde compraron una dosis de cocaína por 5 euros. No tenían dinero para más, así que Daniel vendió su móvil por otros 5 euros para adquirir otra dosis. A continuación la víctima le propuso, explicó, que le prestara 50 euros, dejándole su móvil como fianza, un plan que propició que los dos terminasen en casa del acusado. «Subí para dejar el móvil y coger los 50 euros», relató, reconociendo que cuando bajó llevaba un cuchillo en la mano «para forzarle a que se fuera» porque la víctima estaba timbrando sin parar en su vivienda. Luego apareció su madre y se inició un forcejeo durante el que, «con los nervios», Daniel pinchó a su amigo, perforándole el hígado. Hubiera muerto de no ser operado de urgencia, explicaron los forenses.

«Lo vi clavándome el cuchillo», contó el perjudicado, que explicó que lejos de ayudarlo los acusados se metieron en casa y cerraron la puerta, tras entregarle su móvil. El bajó como pudo al portal y llamó al 112, siendo auxiliado por un viandante y enseguida por los integrantes de una patrulla de seguridad ciudadana de la Policía Nacional, que se quedaron con él hasta que llegó la ambulancia. Antes de que eso pasara se personó otra dotación, cuyos agentes subieron a la vivienda de los acusados. «Daniel nos dijo que le había clavado una navaja en un forcejeo», explicaron, destacando también que, tras ver sangre en la vivienda, trataron de pasar, si bien la madre les cerró la puerta. Más tarde la mujer salió al descansillo con la fregona, con intención de limpiar la sangre que había fuera, pero se lo impidieron. En el juicio alegó que «mi hijo sangraba mucho y yo solo quise protegerlo; actué como una madre». Las defensas piden la absolución o, en su caso, una pena mínima. El acusado está en prisión.