«Me parece difícil que las librerías puedan llegar a desaparecer»

LUCÍA GÓMEZ F., R. N. OURENSE

OURENSE CIUDAD

Agostiño Iglesias

La librería La Viuda nació en 1886 con Lisardo Castro, bisabuelo de la actual dueña

28 ago 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

María Ruiz Fernández esconde grandes historias dentro de las cuatro paredes de su librería La Viuda. Pero no se trata tan solo de las historias que narran los libros que llenan la estancia, si no de la historia de un negocio familiar que comenzó en 1886 y que, con esfuerzo y dedicación, esta ourensana pudo seguir escribiendo años después. Su bisabuelo, Lisardo Castro, era conocido por gran parte de los habitantes de Ourense porque él repartía periódicos. «La fecha es un cálculo aproximado, porque mi bisabuelo empezó cuando todavía se voceaban los periódicos. No había establecimiento para venderlos», comenta María Ruiz. Lisardo perdió la vista cuando era un niño, así que cuando iba a repartir se llevaba a su nieto, Emilio Ruiz -conocido por todos como Lucho-, el padre de la actual dueña de la librería.

«Se llama La Viuda, pero todos conocían el local como La Viuda de Lisardo». Con 59 años fallece y su mujer se queda al cargo del negocio con tres hijas y con Emilio. Todos trabajaron mucho para conseguir sacar adelante lo que les daba de comer. Pero María Ruiz hace una mención especial a su padre porque, asegura, él fue el que levantó el negocio. Sobre los años cuarenta compran una casa de planta baja en la que montaron lo que actualmente es la librería La Viuda. El establecimiento tal y como se conoce actualmente nace después de tirar aquella pequeña estancia de planta baja que habían comprado y se inaugura el nuevo edificio. Es en este momento, en el año 1967, cuando Emilio Ruiz comienza a vender algunos libros «porque el local ya era más grande», afirma María.

Pero en 1978, con 18 años y comenzada la carrera de Derecho en la Universidad de Santiago de Compostela, su padre fallece y debe abandonar sus estudios para ayudar a su madre, Dora Fernández. «Me nacieron los dientes en él, pero yo no sabía llevar el negocio. Me puse en el mostrador con mi madre y hasta el día de hoy», asegura María Ruiz.

Futuro incierto en el negocio

«Al formar parte de la familia y dedicarle tantas horas, lo acabas queriendo. Eso puede ser lo que me motiva para abrirlo cada día». Amante de la lectura, apenas tiene tiempo para leer tantos libros como a ella le gustaría. Pero en su voz se nota el orgullo de continuar con lo que un día empezó su bisabuelo. Fue María la que decidió incorporar la venta de más libros. Tanto niños como adultos siguen leyendo, «aunque no tanto como se debería, el índice de lectura en España está muy bajo», pero asegura tener clientes habituales. Con un trato muy familiar y cercano, María Ruiz trata de ganarse la confianza de los que deciden entrar a mirar los libros por primera vez, como de mantenerla con aquellos que llevan años y generaciones pasando por La Viuda. Aconseja a todos los que van con dudas y recalca que siempre acepta devoluciones: «Un libro, como cualquier otro producto, puede no gustarte o habértelo leído ya».

Con la llegada de Internet y la posibilidad de leer libros digitales, asegura haber notado un descenso de ventas en su momento. Y aunque hay diversidad de opiniones, son muchos los clientes que afirman seguir prefiriendo los libros en papel. Pasar las páginas y oler el aroma del papel es algo a lo que muchos todavía no pueden renunciar. «Me parece difícil que las librerías puedan llegar a desaparecer», comenta María tras unos segundos en silencio. Aunque el futuro es incierto y no pueden saber cómo cambiarán los tiempos, ella prefiere seguir el día a día y adaptarse a lo que venga. Lo que sí puede asegurar es que para haber llegado hasta aquí, tuvo que estar «al pie del cañón y salir adelante con mucho esfuerzo, sobre todo en los momentos de crisis».

¿Y el relevo? María Ruiz tiene tres hijos y todos están trabajando. «No sé si a mis hijos le gustaría seguir con la librería, tampoco les pregunto», afirma. Prefiere no tocar ese tema, aunque le gustaría que La Viuda continuase.